¿Tu relación tiene conductas tóxicas muy arraigadas? ¿Estáis atrapados en una mala racha? ¿Va todo genial y os gustaría que mejorase incluso más?
Crear un vínculo libre de conductas tóxicas no es fácil en una sociedad que perpetúa muchos mitos dañinos sobre el amor. Solo hay que ver algunas de las películas románticas más famosas. Celos, control, ley de hielo, luz de gas, violencia explícita… Y todo eso se vende como “amor verdadero”.
Normalizamos todas estas dinámicas tóxicas, pero a la vez deseamos una relación de pareja sana. Sin embargo, para amar bien, hace falta un poquito de esfuerzo y muchas veces no sabemos por dónde empezar.
A esto se suma que las relaciones no son como una estatua que permanece idéntica durante años o siglos. Los vínculos cambian y muchas parejas atraviesan baches pasajeros o crisis graves que no saben resolver.
¿Tu relación tiene conductas tóxicas muy arraigadas? ¿Estáis atrapados en una mala racha? ¿Va todo genial y os gustaría que mejorase incluso más? Entonces, te traigo tres ejercicios para hacer en pareja y fortalecer el vínculo, mejorar la comunicación y empatizar con las necesidades del otro.
El contrato quid pro quo es una técnica que se usa en terapia de pareja para explicitar lo que cada miembro necesita del otro. ¿Cómo?
Muchas veces, tenemos en la cabeza un montón de requisitos y exigencias que nos gustaría que nuestra pareja realizase, pero nos los callamos hasta que explotamos y soltamos todo. Con esta tarea, vamos a aprender a comunicarnos y también vamos a conocer nuestras expectativas irreales.
A veces, comparamos nuestra relación con un ideal que solo está en nuestra imaginación o con otras relaciones de la ficción o de amigos, sin saber realmente todo lo que hay detrás. En consecuencia, exigimos a nuestra pareja algo que nunca nos va a poder dar.
En el lado opuesto, también es común tener unas expectativas demasiado bajas porque ya no esperas nada de tu pareja. Te has acostumbrado a que te de lo mínimo, lo cual está provocando pérdida del deseo y desenamoramiento.
Con esta técnica se busca expresar con más frecuencia el afecto positivo y evitar la expresión reiterada del afecto negativo.
¿Cómo se expresa el afecto positivo? Con palabras bonitas, con gestos de cariño físicos, mostrando apoyo emocional en los momentos difíciles, potenciando la autoestima de tu pareja, hablando de vuestras emociones, recordando anécdotas bonitas de la relación, interesándote en los intereses de tu pareja, aconsejando sin invalidar las emociones del otro, dejándote aconsejar sin ponerte a la defensiva, aceptando los errores de tu pareja, etc.
Hay que potenciar este tipo de conductas y reducir lo máximo posible las que vamos a ver a continuación.
¿Cómo se expresa el afecto negativo? Con críticas constantes, etiquetas dañinas (“eres una niñata”, “eres un crío”, “eres egoísta”, etc.), preguntas humillantes, ley de hielo o castigar con tu indiferencia, gestos de desprecio, pasivoagresividad, etc.
La expresión del afecto positivo mejora el bienestar de la relación, sobre todo en momentos de crisis. En cambio, la expresión del afecto negativo es un predictor de ruptura.
¡Ojo! Si estás mal en la relación, puedes hablar de tus emociones desagradables porque, como hemos visto, esta conducta es una forma de expresar el afecto positivo. La clave es que lo hagas desde el respeto, con sensibilidad y de una forma constructiva. Es decir, si hay un problema que te está desgastando y lo comunicas, tenéis que buscar una solución y no quejaros por quejaros como si eso fuese a solucionarlo.
Las actividades agradables conjuntas os permitirán pasar tiempo de calidad en pareja, algo muy beneficioso a corto y largo plazo.
Responded a las siguientes preguntas por separado y después, compartid vuestras respuestas:
Después, planificad vuestro calendario para incluir esas actividades en él y repetid esta tarea cada mes para incluir nuevos planes o planes que no os ha dado tiempo a realizar.
Es importante que cuando estéis realizando las actividades agradables conjuntas, os prestéis atención mutuamente. De nada sirve hacer una ruta de senderismo, ir al cine o probar un restaurante nuevo, si uno de los dos (o los dos) se pasa toda la velada mirando Instagram.
Estas técnicas se utilizan en terapia psicológica porque ayudan a parejas que se sienten completamente perdidas o que tienen dinámicas tóxicas muy arraigadas, pero para que funcionen hay que cumplir un requisito: ambos miembros de la pareja deben implicarse.
Si solo te esfuerzas tú, servirán de poco y acabarás frustrándote, sintiéndote más solo o sola que la una y con la autoestima por los suelos. En ese caso, conviene o bien pedir orientación a un psicólogo para realizar terapia de pareja individualizada (es decir, adaptada a vuestros problemas, necesidades y circunstancias) o bien daros un tiempo.