No te calles lo que te molesta: 7 consejos de una psicóloga para expresarte sin herir los sentimientos de tu pareja
Tenemos metido en la cabeza que para que una relación funcione, no puede haber discusiones ni conflictos. ¡Error! Igual que te molestan cosas de tus padres, de tus amigos o de tus compañeros de trabajo, habrá cosas que te molesten de tu pareja. ¿Cuál es el problema? Que muchas veces nos callamos ese malestar y lo acumulamos hasta que explotamos y soltamos todo en una discusión.
¿Es mala señal que me molesten cosas de mi pareja?
Depende de las cosas que te molestan, por supuesto, y depende de la manera de gestionar ese conflicto.
Según las investigaciones del instituto Gottman, especializado en relaciones de pareja, hay tres tipos de conflictos. En primer lugar, los problemas esporádicos, por ejemplo, que tu pareja un día friegue mal los platos. En segundo lugar, los problemas perpetuos, por ejemplo, que tu pareja sea muy descuidada y siempre te toque a ti hacer las labores de la casa. En tercer y último lugar, los problemas bloqueadores, que son los problemas perpetuos que no se hablan y que, a la larga, derivan en faltas de respeto y discusiones graves.
¿Qué podemos sacar de esto? Que es normal que te molesten pequeñas conductas, pero que hay que hablarlas antes de que se conviertan en un problema perpetuo y, sobre todo, antes de que se conviertan en un problema bloqueador.
Me molesta algo de mi pareja, ¿cómo se lo digo?
No te guardes las cosas. Si te molesta una cosa ahora, dila, en vez de esperar a que te molesten diez cosas y explotes soltándolo todo en una discusión.
Elige un momento de calma. Hablad cuando estéis a solas y hacedlo lo más tranquilamente posible. Si tenéis que hablar a través del móvil, mejor por llamada o por audios. Los mensajes escritos son muy impersonales y podéis sonar enfadados cuando no lo estáis.
Evita poner etiquetas a tu pareja. A la hora de hablar, di las conductas que te han molestado sin poner etiquetas que pueden hacer mucho daño a tu pareja y entorpecer la comunicación. Por ejemplo, en vez de decir “eres egoísta”, di “me duele que cuando hiciste eso, no pensaste en mis sentimientos”.
Ten claro lo que necesitas en tu relación y lo que exiges de más. Tus necesidades son prioritarias, sí o sí se deben satisfacer, pero deben ser justas. No puedes exigir a tu pareja que sea perfecta, porque te frustrarás tú, se frustrará ella y se estropeará la relación.
Poned en común vuestras necesidades. Un ejercicio que recomiendo como psicóloga es hablar de lo que va bien en la relación, pero también de lo que va mal y os gustaría cambiar, de qué estáis dispuestos a hacer para que cambie, y de qué pasará si la situación no cambia.
Expresad vuestras emociones sin culpar al otro. Lo que tú sientes, lo sientes tú, y es tan injusto culpar a tu pareja como callártelo por miedo a que se enfade. Por ejemplo, si sientes celos irracionales, dilo, pero dilo con empatía. De lo contrario, aumentarán tus inseguridades y podéis desarrollar dinámicas tóxicas como la posesividad.
Si hay abusos, sal de ahí. Si lo que te molesta de tu pareja es una conducta abusiva a nivel psicológico, sexual o físico, no tienes que expresar ni solucionar nada, sino ponerte a salvo. Tu salud mental vale más que una relación. Pide ayuda a tus seres queridos o a un profesional si lo necesitas, pero ante el maltrato, corta de raíz.