Con solo 38 años, el mediático Kiko Rivera ha tenido que ser ingresado tras sufrir un ictus. Se encuentra en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y las próximas 24 horas son clave para él. Aunque desde su entorno afirman que se recupera y "está bien", en palabras de su esposa, Irene Rosales, los especialistas vigilan su evolución ante cualquier posible cambio.
El ictus se ha convertido en la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los varones, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN), recogidos por la Federación Española del Ictus. De hecho, en Europa mueren 650.000 personas cada año debido a esta enfermedad, de los que alrededor de 40.000 casos se producen en España. Extrapolando, ello significa que cada seis minutos se produce un ictus en España. Por esta razón, resulta fundamental la prevención y conocer qué es un ictus cerebral, cuáles son sus síntomas y sus causas, así como las secuelas que puede provocar.
El ictus o infarto cerebral es una enfermedad cerebrovascular que se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. Ello provoca que la sangre no llegue al cerebro con normalidad ni en la cantidad necesaria para su funcionamiento. Otra forma de llamarlo es Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis.
Pese a que Kiko Rivera lo ha sufrido con tan solo 38 años, el riesgo de ictus aumenta con la edad. Los estudios indican concretamente que es más frecuente a partir de los 55 años, y se estima que más del 21 por ciento de la población mayor de 60 años de nuestro país -casi dos millones de personas- presenta un alto riesgo de sufrir un ictus en los próximos 10 años.
Tampoco la Organización Mundial de la Salud (OMS) invita al optimismo: estima que, teniendo en cuenta que en el año 2050 la población mayor de 65 años representará alrededor del 46 por ciento del total, casi la mitad podría sufrir un accidente cerebrovascular.
Con todo, más allá de la edad existen otros factores que deben llevarnos a tomar precauciones y a poner especial cuidado en el conocimiento de los síntomas de esta enfermedad. Por ejemplo, la hipertensión arterial, las arritmias cardiacas u otras enfermedades del corazón, la diabetes mellitus, la dislipemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, entre otros... Y dentro de una parte de estos últimos podría encajar el perfil de 'Paquirrín', quien en más de una ocasión ha hablado públicamente de las adicciones contra las que ha lidiado en su vida.
A este respecto, mantener hábitos de vida saludables es clave para reducir el riesgo de sufrir un ictus: si bien es cierto que existen factores no controlables, otros como el hecho de fumar, no practicar deporte, consumir mucho alcohol o no alimentarnos de forma adecuada son variables que se encuentran bajo nuestro control.
En cuanto a los síntomas del ictus se encuentran la pérdida de fuerza o sensibilidad, debilidad en la cara, brazo y pierna de un lado del cuerpo, visión doble, sensación de vértigo, alteración repentina del habla y dolor de cabeza súbito.
De acuerdo a la Federación Española del Ictus, identificar de forma inmediata estos síntomas es "crucial en la evolución del enfermo, ya que se ha demostrado que los pacientes tratados desde el primer momento por neurólogos logran una recuperación casi total o con muy pocas secuelas".
La rapidez a la hora de actual es clave para evitar secuelas. Actualmente un 30 por ciento de los pacientes con ictus presenta un problema de discapacidad -parálisis, problemas de equilibrio, trastornos del habla y déficits cognitivos- y solo el 40 por ciento de los enfermos pueden valerse por sí mismos.
Con esto en cuenta, ante cualquier señal de alerta es muy importante llamar a los servicios de urgencia (112) o bien acudir al hospital lo más rápido posible, así como informar de la situación al hospital para la activación precoz del 'Código Ictus', que permite agilizar la atención al paciente y reducir secuelas.
En caso de que nos veamos obligados a llamar a una ambulancia, es clave vigilar las constantes vitales de la víctima, aflojarle la ropa e intentar que se encuentre lo más cómoda posible, eso sí, sin mover a la persona con brusquedad, y sin sujetarla en caso de que sufra convulsiones. Tampoco debemos forzarla a hablar ni ofrecerle comida, bebida o medicamentos.
En caso de caída en estado de inconsciencia, se aconseja colocar al paciente de lado, con el brazo inferior estirado bajo la cabeza. Si dejara de respirar, y siempre que se cuente con los recursos necesarios, pueden realizarse maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Más allá, es importante saber que quienes hayan sufrido un ictus presentan una alta probabilidad de sufrir otro ataque similar en los tres meses siguientes, por lo que es importante permanecer alerta. Menos de un tercio de los pacientes que sufren un ictus tienen los factores de riesgo controlados, a pesar de que la mayoría recibe tratamiento. En el caso de Kiko Rivera, el DJ padece varias dolencias crónicas y afecciones desde hace años, como gota y diabetes.