La infección por Helicobacter pylori afecta a más de la mitad de la población: cómo afecta a la salud

La infección por Helicobacter pylori afecta a más de la mitad de la población

Helicobacter pylori es una bacteria presente en más del 60 % de la población en España. Es posiblemente la infección más frecuente del mundo, aunque la mayoría de los infectados nunca llegan a saber que lo están. ¿Qué implica este microorganismo para la salud?

En el mundo, más de la mitad de la población porta la bacteria Helicobacter pylori, que se contagia por diferentes vías y muchas veces no presenta síntomas. En otras ocasiones, por el contrario, la cosa puede ponerse seria. Quienes lo han sufrido describen la sensación como “puñales en el estómago”, y puede desembocar en una gastritis, una úlcera péptica y un cáncer gástrico.

¿Qué es Helicobacter pylori y cómo afecta a la salud?

La bacteria se aferra a lo alto del estómago, donde se protege de los jugos gástricos secretando una sustancia llamada ureasa, que crea una especie de cubierta protectora. No es una bacteria se elimine fácilmente, desde luego.

Alrededor del 10 al 15 % de las personas infectadas con Helicobacter pylori desarrollan síntomas. Los más frecuentes son una constante hinchazón de estómago y un dolor muy agudo, y pueden incluso aparecer náuseas, pérdida de apetito, y sangre en el vómito o las heces.

Cuando se presentan estos síntomas, puede realizarse una prueba sencilla de aliento para saber si se debe a una infección por la bacteria, que detecta la presencia de ureasa. Otras maneras para saber si estamos infectados es el análisis de sangre, que mide los anticuerpos contra la bacteria, una prueba de heces o una biopsia.

Se sabe que prácticamente el 100 % de las úlceras duodenal y el 70 y el 80 por ciento de las úlceras gástricas están producidas por Helicobacter pylori, y la bacteria sería responsable del 90 % de los tumores que causan cáncer de estómago.

¿Cuál es el tratamiento para Helicobacter pylori?

Helicobacter pylori es duro de quitarse de encima. Durante dos o tres semanas se recetan antibióticos y un fármaco que disminuye la producción de ácido por parte del estómago, como el omeprazol.

Una vez erradicada la infección por la bacteria, las probabilidades de reinfección son muy reducidas, por debajo del 3 %.