La paella valenciana se convierte en Bien de Interés Cultural Inmaterial, según El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, y califica este plato como "el arte de unir y compartir". Además, ha ofrecido una selección de cuáles fueron sus ingredientes originarios, un tema recurrente en los hogares españoles, y muchos de ellos sorprenden.
El decreto aprobado el pasado viernes 29 considera la paella el epicentro de la tradición gastronómica valenciana, "un elemento vertebrador que, junto con su elaboración y relevancia cultural del territorio español, se ha convertido en una de las marcas mundiales más prestigiosas".
Además de la declaración como Bien de Interés Cultural, el decreto establece una serie de medidas de protección y salvaguardia, que se concretarán en la identificación, descripción, estudio y documentación del bien; la incorporación de testigos disponibles con apoyos materiales que garanticen su protección y preservación, o velar por el normal desarrollo así como por la transmisión a generaciones futuras.
Los orígenes de este plato se remontan al año 330 a.C., cuando Alejandro Magno llevó el arroz a Europa. No obstante, no fue hasta la llegada de los árabes que se empezó a cultivar en grandes cantidades.
En el siglo XVIII aparece en un manuscrito de recetas la primera cita referente a la paella o 'arroz a la valenciana', en el que se explicaban las técnicas para su elaboración y se remarcaba que el arroz tiene que quedar seco y a finales del siglo XIX, la paella valenciana saltó de las barracas y alquerías a las casas de comidas y merenderos de la playa de la Malvarrosa, el Grao de Castellón o la Albufereta de Alicante.
El decreto no señala una receta original y señala que hay múltiples variedades, pero el primer documento de receta de paella valenciana conocida data de 1857. M. Garciarena y Mariano Muñoz fueron los dos cocineros que dejaron escrita por primera esta receta es hoy de la más conocidas en todo el mundo. Lo hicieron en un recetario de con el nombre Sartén a la valenciana (paella).
Estos eran sus ingredientes: agua, aceite, sal, pollo, tomate, azafrán, judías verdes o arroz, los típicos. Pero también contaba con otros poco comunes como son lomo de cerdo, salchichas, ajo, pimiento encarnado, perejil, guisantes, anguila o caracoles.