El norte de la Península se convierte en un estupendo refugio para todas aquellas personas que quieren disfrutar de sus vacaciones estivales sin sufrir demasiado por el calor. Aunque nadie asegura que las temperaturas no sean elevadas, lo cierto es que esta zona se caracteriza por su clima de temperaturas suaves y donde las lluvias son habituales, también en verano. Llevar una chaqueta, por si acaba refrescando aunque el cielo esté despejado al salir de casa, es la mejor recomendación.
Esta es una zona de contrastes también en lo que respecta a los paisajes que se pueden encontrar. Los espacios de playa y montaña se dan la mano, para poder disfrutar de ambos a partes iguales, paisajes naturales que envuelven a los visitantes y que les dejan con ganas de regresar para poder seguir disfrutando de sus rincones, sus pueblos y su gastronomía, que tampoco está nada mal.
Cantabria, los pueblos que no te puedes quedar sin ver
Cantabria es uno de esos lugares que merece la pena visitar más de una vez en la vida, sus pueblos están llenos de rincones de descubrir y disfrutar con todos los sentidos, aunque algunos no hay dudad de que captarán la atención de nuestros ojos con mayor intensidad, como estos pueblos, que bien podrían ser los más bonitos de la zona.
Mogrovejo. Esta pequeña aldea es parada obligada si se quiere disfrutar de sus casas populares lebaniegas y edificios singulares, entre los que destaca su torre medieval o su iglesia medieval.
Comillas. Es uno de los pueblos más conocidos y lo es con motivo, porque en él puedes disfrutar de la playa, pero se puede pasear bajo los centenarios árboles de los jardines de Sobrellano o visitar el capricho de Gaudí. Además, se pueden realizar rutas a pie o en bicicleta por los alrededores.
Santillana del Mar. Sus calles empedradas son suficientes para poder transportar al visitante a la época medieval, algo a lo que también contribuyen sus museos, exposiciones y actividades culturales.
Potes. Situado en el corazón del valle de Liébana, los alrededores merecen tanto la pena como el propio Potes. Es conocido por sus puentes y sus torres, sus callejuelas y caserones, también por su cocido, sus carnes y sus licores, de elaboración artesana.
Liérganes. Está situado al pie de dos colinas que, por parecido, suelen denominarse ‘las tetas de Liérganes’, y su casco antiguo fue declarado patrimonio histórico-artístico. Famosa de este lugar es la leyenda del ‘hombre pez’, al que le dedicaron una escultura y muchas historias.
Fuente Dé. Lo mejor de este rincón es su ubicación, en medio de los Picos de Europa, aunque sus vistas desde el mirador, al que se llega con la ayuda de un teleférico, seguro que prestan batalle por ese título.
San Vicente de la Barquera. No solo es la tierra que vio nacer, crecer y enamorarse a David Bustamante, también es una villa marinera con magníficas playas y calles llenas de encanto e historia.
Rincones que no te puedes perder si este verano tus pasos te llevan a descubrir la belleza de Cantabria.