En época estival, la playa es uno de los destinos preferidos por la gente que no puede disfrutar de ella todo el año porque viven en localidades de interior. También es el lugar perfecto para disfrutar de un ambiente distendido, una gastronomía de lujo, un espacio al aire libre lleno de naturaleza y, en algunas ocasiones, a un precio más que razonable.
Porque el tiempo que pasamos tumbados en la arena, bajo la sombrilla o dorando nuestra piel al sol, nadando, saltando las olas o chapoteando entre amigos, caminando por la orilla (siempre que no se moleste a nadie de nuestro alrededor)... es un tiempo que estamos ganando, atesorando en nuestras mentes y en el que no estamos gastando dinero, aunque también podemos invertir unos cuantos euros si queremos hacer que la experiencia sea más completa y memorable.
Porque si bien hay una forma de disfrutar de la playa sin gastar demasiado, es una manera que requiere cierto esfuerzo. Llevar las sillas, colocar la sombrilla, organizar el posible refrigerio que tomaremos, asegurarnos de que el sistema para enfriar las bebidas dura el tiempo suficiente para que la última botella de agua también sea refrescante… Para mucha gente es mucho más sencillo conseguirlo todo allí y hay muchas playas muy económicas que nos ahorran cualquier tipo de esfuerzo.
Porque a pesar de que acudir a pasar el rato a la playa es una experiencia que podemos disfrutar gratis (siempre y cuando ya tengamos todos los complementos anteriormente), lo cierto es que en ocasiones nos apetece darnos un capricho. Por eso, Omio, la plataforma de reservas de viajes, ha comparado los precios de diferentes playas europeas, basándose en el precio de tumbonas, sombrillas, helados y bebidas, analizando cuáles son más económicas y descubriendo que algunas de ellas son españolas. En la plataforma destacan tres playas españolas entre las más baratas de Europa:
Además, aunque en Europa los helados más baratos se encuentran en Turquía, en España también se puede comprar una bola a buen precio, sobre todo en la playa de Sotavento en Fuerteventura o la de Palma de Mallorca, en ambos lugares por menos de 1,5 euros.