Taylor Swift no es la única cantante de la que se está hablando en los últimos días en Estados Unidos. El rapero Usher es el encargado de amenizar el intermedio del partido de la final de la Super Bowl, en la que los Kansas City Chiefs volverán a verse las caras con los San Francisco 49ers. Este cantante estadounidense recoge el testigo de Rihanna quien, el año pasado, volvió a subirse a un escenario tras siete años de parón. Todo el mundo recuerda la actuación de la artista de Barbados, no sólo por volver a verla interpretando sus mejores hits, sino porque eligió el Halftime del partido para anunciar que estaba embarazada de su segundo hijo.
En la conferencia previa al partido, el autor de 'Yeah' o 'Scream' ha confesado sentir "presión" por tener que concentrar 30 años de carrera musical en "12 o 15 minutos", pero también ha asegurado que ha trabajado mucho para montar un espectáculo con el que, a través del cante y el baile, quiere "impresionar al mundo entero": "Definitivamente, será un evento gigante. Habrá invitados especiales. Y he considerado cantar nuevas canciones", dijo Usher en la rueda de prensa, pues su nuevo disco, 'Coming Home', se lanza el mismo día de la Super Bowl.
Al abrir las puertas a compartir el escenario con otros artistas, todo el mundo se ha hecho la misma pregunta: ¿será Taylor Swift una de ellas? ¿Aprovechará la NFL su presencia en la final de la Super Bowl para dar una sorpresa a todos los fans del romance 'Tay and Trav'? ¿Lo hará ella por iniciativa propia para dar todavía más apoyo a su novio, Travis Kelce? Todo ello lo sabremos este domingo 11 de febrero, a partir de las 00:30 h (hora peninsular de España) pero, para que esto ocurra, la cantante estadounidense tiene que llegar a tiempo desde la otra punta del mundo, Tokio, donde ya se encuentra dando los conciertos pertenecientes al 'The Eras Tour'.
Para ella, los días previos a la revancha de los Chiefs y el equipo de San Francisco, que ya se enfrentaron en el año 2020, están siendo bastante amargos. Tras las publicaciones que ha hecho un joven universitario, llamado Jack Sweeney, sobre el gasto de combustible y la consecuente contaminación que generan los viajes de Swift en su jet privado, ésta ha decidido vender in extremis su Falcon y, además, emprender acciones judiciales contra él.