Taylor Swift se ha convertido, sin pretenderlo, en la gran protagonista de la final de la Super Bowl, que se celebrará en Las Vegas el próximo 11 de febrero. Su concierto previsto en Tokio, casi al ras de la fecha del partido en el que jugará el equipo de su nuevo novio, Travis Kelce, pone en duda su presencia en el palco de los Kansas City Chiefs. Aún así, la sola idea de que una superestrella de la música como ella acuda al encuentro contra los San Francisco 49ers ha generado tal revolución que también ha provocado reacciones políticas.
Los estadounidenses son muy conscientes del impacto mediático que ha causado la relación de pareja de la cantante y el jugador de fútbol. Sus dos fandoms, existentes a priori y de forma independiente, se han fusionado en lo que el director de marketing de la NFL ha calificado como una "tormenta perfecta" del merchandising. En datos de la NBC, el aumento de la audiencia de los partidos de los Chiefs, sobre todo, en lo que respecta al target femenino y perteneciente a la Generación Z, es más que evidente:
Por poner un ejemplo, el último encuentro del equipo de Kelce contra los NY Jets registró un aumento del 53% en la audiencia entre las adolescentes de 12 a 17 años, un aumento del 24% en la audiencia femenina entre los jóvenes de 18 a 24 años y un aumento del 34% en las espectadoras de 35 años en adelante. Estratégicamente, las cámaras comenzaron a enfocar a la cantante americana hasta 17 veces durante los partidos; algo por lo que tuvo que quejarse Travis públicamente.
A nueve meses de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, algunos republicanos temen la foto que pueda darse en el estadio de Las Vegas. Si Taylor Swift consigue llegar a tiempo, en el campo coincidirá personalmente con Biden, por lo que el candidato demócrata podría asociarse con la pareja de moda. La influencia de la cantante sobre la opinión de la juventud es tan potente que, en los pasados comicios, consiguió movilizar a más de 35.000 jóvenes para votar en las urnas.
Por ello, algunos usuarios de X abiertamente trumpistas han dejado caer en la red que todo podría "formar parte de una campaña perfectamente orquestada": "Me pregunto si este otoño habrá un importante respaldo presidencial proveniente de una pareja artificialmente apoyada culturalmente", es uno de los comentarios en dicha línea, que responde al temor por el 'efecto Taylor' sobre los votantes indecisos.