Estados Unidos cuenta las horas para la gran fiesta de la NFL: la celebración de la final de la Súper Bowl que tendrá lugar este domingo 11 de febrero en el Allegiant Stadium de Las Vegas. Los seguidores de los Kansas City Chiefs contienen la respiración ante la duda de si su nuevo amuleto en forma de mujer, la estrella de la música Taylor Swift, llegará a tiempo o no al partido definitivo en el que su actual novio, Travis Kelce, juega como ala cerrada. La presencia de la cantante no sólo asegurará el aumento de los niveles de audiencia, sino que es un filón para las transacciones comerciales ligadas a los acontecimientos deportivos.
Una de ellas es la tradición americana de comer pollo frito a modo snack durante las grandes citas televisivas. Lo que en España sería un subidón en la demanda de pizzas, hamburguesas, palomitas u otros aperitivos, en Estados Unidos se traduce por la querencia por los cubos de pollo, en todas sus franquicias. Por eso, se prevé un sacrificio masivo de estos animales durante los próximos días.
El Informe de 2024 que presentó el Consejo Nacional del Pollo señala que los estadounidenses devorarán 1.450 millones de alitas de pollo mientras visualizan el encuentro entre el Kansas City Chiefs y el San Francisco 49ers. Unas cifras que son similares a las del año pasado y que superaron en un 2% al anterior. Esto es, unos 84 millones de alitas de pollo más que en 2022.
Acompañando a las alitas, la cerveza se postula como la bebida predilecta. Según un estudio de la Universidad de Buffalo, durante el partido se consumen unos 1.230 millones de litros del zumo de cebada; lo necesario para llenar, al menos, cinco estadios olímpicos. En todo Estados Unidos, la fecha del Super Bowl ocupa el segundo lugar en consumo de cerveza, sólo detrás del 4 de julio, día de su independencia.
Todo esta preparado para el partido del domingo, a la espera de saber si Taylor Swift podrá cruzar medio mundo en su avión privado. Tanto ecologistas como animalistas denuncian el notable daño que, particularmente este año, este encuentro deportivo le hace al medio ambiente. La embajada de Tokio, ya que la llegada de la artista se ha convertido casi en una cuestión de Estado, ha prometido que le dará tiempo a atravesar los 17 husos horarios.