Nunca antes fue Estopa tan grande y efervescente como en su 25 aniversario. Por primera vez en su carrera, los ha llevado con gran éxito de taquilla a conciertos en estadios como el de este sábado en el Cívitas Metropolitano de Madrid.
Ante 55.000 personas, los hermanos reivindicaron su legado musical y lo que representa para muchos. En marzo pudimos hablar con ellos en Informativos Telecinco, acerca de su nuevo álbum. Ese que también presentaron en el campo del Atlético de Madrid.
Precisamente bromearon con lo futbolístico: "Queremos agradeceros que nos hayáis acogido tan bien siendo del Barça. Madrid es nuestro segundo barrio y no os podemos querer más". David y José Muñoz vivieron una histórica cita.
"¡Es el concierto más multitudinario de nuestra historia!", dijeron antes de calificar como "impresionante" el ambiente creado frente a ellos en la pista y las gradas. En una extensa gira nacional, entre plazas de toros y festivales, ya pasaron por La Cartuja de Sevilla y aún les queda el Estadio Olímpico de su Barcelona.
Los de Cornellá repitieron su puesta en escena con un ya mítico Seat Panda rojo, que subieron al escenario incluso. El vehículo protagonista de su legendaria canción 'La raja de tu falda', esa con la que iniciaron su debut discográfico en 1999 con su álbum 'Estopa'.
Aún en su fórmula hibridada con el rock, nunca antes la rumba se había colado en las radiofórmulas nacionales hasta que llegaron ellos. Junto a sus otros temas de aquella época, se alzaron a lo más alto en ventas.
Desde que empezaron a sonar las notas de 'Tu calorro' hasta el final, con la no menos emblemática 'Como Camarón', dos horas y media de concierto hicieron vibrar al público. Ese que cantó cada canción de principio a fin, de la primera a la última.
En las imágenes de fondo, los hermanos hicieron un continuo homenaje al ambiente obrero y de barrio del que vienen. Con edificios de barriadas, del mundo urbano de extrarradio, de coches, talleres...
Hubo guiños a prácticamente todos sus discos de estudio, pero especialmente a esa primera década gloriosa. En la que de cada álbum surgían al menos dos o tres canciones que se grababan a fuego, pese a sus letras enrevesadas y sus ritmos acelerados.
Los alardes escenográficos en esta gira se concretan en dos pantallas colosales y unas pulseras led que pintan con colores tanto como la calurosa entrega del público y maquillan solo un poco la intratable acústica del Metropolitano.
Deleitaron a sus seguidores con canciones a toda velocidad como 'Cuando amanece', 'El día que tú te marches' o 'Vacaciones', con su estribillo "Siempre es el tiempo" coreado como un mantra.
'Tragicomedia', con su inicio melancólico, fue un hito de esa primera parte. Cada palabra fue recitada por el público con fidelidad, una sensación que incrementó aún más 'El run run', con Chonchi Heredia en lugar de Rosario, para darle pellizco a la canción que diez años después de su debut los volvió a poner en la picota.
Paradójico resultó un verso como "siempre seremos pequeños" de 'Ké más nos da', en un contexto como este. Pero en esa humildad radica parte de la fuerza de Estopa. Otros temas más lentos que se marcaron fueron 'Sola', 'Hemicraneal' y 'Ya no me acuerdo'.
'Partiendo la pana', de su segundo álbum, reactivó por enésima vez la energía de un concierto que se retroalimentaba. La acústica no mejoró, pero la pista siguió siendo una piscina de saltos y comunión colectiva.
Como trasfondo a 'Camiseta de rokanrol', el acercamiento de Estopa a la épica rock, cantaron 'Me falta el aliento', otra de las primigenias. Y para el tramo final dejaron, entre otras míticas, 'Pastillas de freno', así como 'La ranchera', de su último disco 'Estopía'.
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