Se cumplen nueve días de la invasión rusa en Ucrania y la amenaza de un ataque nuclear por parte de Rusia sigue estando latente a medida que avanza el conflicto. El último ataque de las tropas de Vladimir Putin ha sido a la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, ubicada a orillas del río Dniéper, en Ucrania.
El ataque ha provocado un incendio que ha sido controlado. Por el momento, no se han registrado cambios en los niveles de radiación. La amenaza nuclear resucita bajo la sombra de Vladimir Putin y la pregunta es inevitable: ¿Qué se debe hacer ante una emergencia así? ¿Cómo se debe actuar?
El gobierno de los Estados Unidos da una serie de indicaciones a la población, a través de una campaña impulsada por el Departamento de Seguridad Nacional, para que sepan de qué manera actuar antes, durante y después de que se produzca un ataque nuclear.
Una explosión nuclear puede causar daños muy graves a las personas, incluso aunque se encuentren a cientos de kilómetros, debido a la explosión, el calor y la radiación. Esta última es muy dañina para las células del cuerpo y sus efectos nocivos pueden afectar gravemente al ser humano y a sus descendientes durante varias generaciones.
Algunos de los peligros relacionados con las explosiones nucleares son:
EE.UU alerta de que un ataque nuclear puede ocurrir con muy pocos minutos de advertencia, por lo que tener en cuenta estas recomendaciones, siempre es un factor positivo para garantizar la seguridad. Hay que destacar que estos consejos se indican para las personas que se encuentren a kilómetros de la explosión, en caso de que la hubiera, puesto que la fuerte detonación del ataque acabaría con las vida humanas más próximas.
No obstante, la lluvia radiactiva -las partículas contaminantes que caen tras la explosión- es muy peligrosa, sobre todo en las primeras horas, cuando emite los niveles más altos de radiación.
Lo primero que hay que hacer es actuar con rapidez y buscar refugio, para evitar la radiación. Cualquier edificio nos protegerá, debido a que están hechos de ladrillo y hormigón, que impiden el paso de las partículas radiactivas. A ser posible, bajo tierra. En caso de no poder hacerlo, lo ideal es situarse en el centro de la estancia, lo más alejado posible de paredes y ventanas. Es fundamental quitarse la ropa contaminada y lavar, en la medida de lo posible, la piel.
Una vez dentro, debe permanecer allí, al menos, 24 horas. Es importante mantener la conexión con el exterior para estar al tanto de las indicaciones que den las autoridades gubernamentales, para saber cuándo es seguro salir y a dónde se debe ir. Para ello lo ideal podría ser una radio con pilas, puesto que sí continuarán funcionando tras la explosión nuclear. No así los teléfonos móviles, televisiones o Internet, cuyo servicio puede verse interrumpido.
Es recomendable también tener preparado un kit de emergencia, en el que haya agua embotellada, alimentos empaquetados, medicamentos de emergencia, una radio de pilas, una linterna y pilas externas. Si es posible, se recomienda un almacén de estos suministros para tres o más días.