Muchas personas ucranianas que residen en nuestro país viven, desde la distancia y con la mayor de las angustias, el horror que día tras día afrontan sus familiares por la guerra que ha desatado Rusia. Es el caso de María, quien, desde Asturias, sigue los kilómetros que recorren su padre y tres de sus hermanos para conseguir el objetivo de huir de Ucrania. "Están en la frontera con Rumanía, con otra mucha gente que quiere salir", explica.
Desde Galicia, Nathalie habla con su madre, que tiene 76 años y tiembla cada vez que escucha los disparos. Sus problemas de salud impiden a la mujer esconderse, como muchos de sus vecinos, en el sótano. Se encuentra en una ciudad al sur de Ucrania, donde narra que la comida escasea.
Por ello, empleados de un empresario valenciano indican que hacen acopio de todo lo que pueden para ayudar a la población. "La gasolina se acaba y harina tampoco hay", lamentan. Cuando cae el sol y llega la noche, se ocupan de vigilar los alrededores del hospital para, entre otras cosas, proteger con especial cuidado el depósito de oxígeno.
Paula intenta a toda costa traer a Nicole, una niña de acogida de solo 12 años a la que ayudan para llegar a la frontera con Moldavia. "Me da miedo pensar si lo estoy haciendo bien, si será demasiado riesgo, pero es que allí está peor", asegura Paula con la voz entrecortada.
La Asociación Ciudad Real En Ayuda al Niño (CREAN), que cada verano acoge a medio centenar de niños ucranianos en acogida, ha mostrado su preocupación por la situación que pueden vivir estos niños y el resto de menores del país debido al conflicto bélico.
En declaraciones a EFE, el presidente de CREAN, Ramón Serrano, ha afirmado que las familias españolas que acogen a niños que habitualmente residen en el área de influencia de la central de Chernóbil están viviendo con mucha incertidumbre la situación de guerra en la que está envuelto este país.
Serrano ha comentado que tanto las familias españolas como ucranianas se encuentran buscando "todos los medios posibles" para tratar de que estos niños puedan abandonar Ucrania y ser acogidos en España durante el tiempo que dure la guerra.
Ha manifestado que, desde hace varias semanas, algunas familias, previniendo lo que estaba ocurriendo, habían iniciado los trámites pertinentes para que algunos niños pudieran llegar a España. Sin embargo, ha comentado que el inicio del conflicto armado ha frustrado sus intenciones, una vez que el aeropuerto de Kiev está cerrado y es complicado moverse por el país.