Los que ya han encontrado alivio son los algo más de cien españoles evacuados de Ucrania desde Cracovia, en Polonia. Esta mañana a primera hora aterrizaban por fin en Madrid donde eran recibidos por el ministro de Exteriores Juan Manuel Albares. Respiran más tranquilos pero reconocen que han pasado mucho miedo.
Fin a 55 horas de angustia para Lluís Cortés, entrenador de la selección ucraniana femenina de fútbol. Ayer salía de Ucrania, donde la guerra no deja espacio seguro. La pareja del técnico español, su familia, amigos lo esperaban anoche en Barcelona. El entrenador recuerda que ellos han escapado, pero que "la pesadilla sigue allí".
Muchos en las redes sociales fuimos testigos de cómo el entrenador de la selección ucraniana de fútbol femenino y su compañero, Jordi, preparador físico, salían de Kiev, una odisea por carretera y tren narrada en primera persona por ellos, mientras aquí manteníamos la respiración contenida.
Se sienten privilegiados. Han salido del infierno de las bombas cayendo y las noches en los búnkers. Ahora su dolor y preocupación son sus jugadoras y miembros del equipo, que quedaron allá en medio de la invasión de Rusia.
Lluis y Jordi eran parte del grupo de más de 100 españoles que ya están en fuera de Ucrania, gracias a la vía diplomática. La mayoría aterrizaban de madrugada en Madrid-Barajas, donde los recibía el ministro de Exteriores José Manuel Albares. Ente los evacuados familias con niños, el más pequeño es una bebé de solo 4 días de nacida, a la que vemos en brazos de su madre: nació justo cuando empezó la evacuación, pero aquí está, ya a salvo. También hay una embarazada en avanzado estado de gestación.
Uno de los recién llegados cuenta cómo gracias al convoy protegido, no reclutaron en el camino a su hijo de casi 18 años. Otro se emociona de estar en suelo patrio. Se llama Vicente y fue a la boda de su hija y lo pilló el conflicto bélico. Es el dolor y la incertidumbre que deja la guerra en Ucrania, donde quedan muchos españoles en las diferentes ciudades del país.