El pulso entre Estados Unidos, Rusia y la OTAN continúa respecto a la situación en Ucrania. Cada vez son más los países que se muestran dispuestos a enviar tropas a la zona si así lo solicita la alianza atlántica. Este sábado fueron EEUU y Francia, y en las últimas horas ha hecho lo propio Reino Unido.
Reino Unido propone enviar centenares de soldados a la zona. El país tiene en Estonia más de 900 y ahora pone sobre la mesa doblar esa cifra de efectivos. Además, quiere enviar más armamento y más buques de guerra y aviones.
De hecho, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha ordenado a las Fuerzas Armadas para que se preparen para ese despliegue en la zona en caso de tener que apoyar a la OTAN la semana que viene. No obstante, siguen priorizando la vía diplomática.
Está previsto que Boris Johnson hable con Vladímir Putin estos próximos días y que viaje a Europa del Este. Los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores británicos están también preparando una reunión con sus homólogos en Moscú.
Se extienden los avisos de posibles movimientos de tropas mientras se sigue exprimiendo la vía diplomática. La próxima semana volverán a reunirse el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y su homólogo ruso para intercambiar impresiones sobre sus diferentes propuestas. El Gobierno estadounidense espera que el encuentro aclare los siguientes pasos del conflicto.
Asimismo, este lunes hay una reunión de seguridad de la ONU, a petición de EEUU, de donde Washington quiere que salga un mensaje claro y disuasorio hacia el Kremlin. EEUU asegura que la actuación de Moscú está poniendo en peligro la paz internacional. Por su parte, Rusia está completamente en contra de que está sesión tenga lugar. Dice que no es más que un truco de relaciones públicas de EEUU.
Desde Europa continúan los esfuerzos diplomáticos para desescalar la tensión. Hoy una delegación de eurodiputados del Parlamento Europeo ha llegado a la frontera de Ucrania con Rusia para analizar la situación sobre el terreno. Su mensaje es claro, apoyo a la soberanía e integridad del país, pero priorizar el diálogo para evitar males mayores. La OTAN continúa movilizándose en la Europa del Este mientras surgen ya diferencias entre sus miembros sobre cómo gestionar esta crisis.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, ha reiterado hoy que no realizarán un despliegue militar en ningún caso en suelo ucraniano. Apoyo y ayuda al país sí, pero nada de tropas, porque "Ucrania no es un aliado de la OTAN". La alianza atlática continúa trabajando en el peor de los escenarios. Esta semana habrá una reunión en Bruselas con la delegación británica para coordinar ese despliegue en Europa del Este y hay convocada también para mediados de febrero una reunión con los ministros de Defensa de la OTAN. Es una fecha en la que se especula sobre una posible invasión rusa.
Desde Rusia se siguen produciendo movimientos que hacen sospechar sobre la posibilidad de una futura invasión de Ucrania, cuyo Gobierno insiste en pedir que se rebaje la tensión por las consecuencias económicas. Sin embargo, el país se sigue preparando para una posible intervención militar en su territorio.
Rusia se va a dirigir a la OTAN para exigirle que cumpla su compromiso de no reforzar la seguridad europea a costa de la seguridad de los demás. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se queja de que la línea de defensa de la OTAN sigue moviéndose hacia el Este y está ya muy cerca de Ucrania. Parece que los rusos han querido dar ejemplo y han suspendido unas polémicas maniobras que tenían programadas en el mar de Irlanda (se había quejado el Gobierno de Belfast).
La OTAN también da explicaciones e insiste en que no tiene ninguna intención de desplegar tropas en Ucrania ni siquiera en el caso de que Rusia lance una invasión. En Kiev, la capital, junto a otras ciudades, los ucranianos están hechos a la idea de que su país es amigo pero no miembro de la OTAN.
Las autoridades mantienen los preparativos de la movilización popular y reparten guías básicas (en localidades como Járkov) para saber qué hacer en caso de que estalle una guerra. En ella se informa sobre la situación que se vive en la actualidad también se dan varios consejos. Dicen que si finalmente estalla el conflicto, empezarían a sonar en las ciudades sirenas. En este caso, todos deben preparar sus maletas con lo imprescindible: documentación, medicamentos y ropa de abrigo. A partir de ahí, cada uno debe decidir qué hacer, si quedarse en casa o acudir a alguno de los refugios preparados por el Gobierno, como el Metro. Ruegan que todo el mundo se mantenga informado por canales oficiales.
Estar preparados es la opción en Ucrania y en la frontera rusa. Hablamos de la puesta en escena de un conflicto latente que arranca en 2014, con la anexión de Crimea y el levantamiento separatista proruso en Donbass tras el cambio abrupto en la presidencia de Ucrania. Detrás, las potencias occidentales y Rusia tratando de mantener su influencia en la zona, en una escalada que se complica.
El presidente ucraniano habla de huida de capitales y de su derecho de entrar en la OTAN. Una amenaza a la seguridad rusa que Putin quiere frenar con su despliegue de tropas. Un equilibrio casi imposible que la diplomacia debe mantener. Mientras, se espera una respuesta del presidente ruso a la última propuesta de la OTAN que no ha trascendido. El Kremlin destaca el respeto mutuo con EEUU y asegura no querer la guerra. Por su parte, Alemania y Francia tratará de replicar el 'Cuarteto de Normandía' que selló la paz a la guerra civil con los Acuerdos de Minsk, que están en vigor y sin materializar.