La tensión ante la posibilidad de un conflicto bélico en la frontera de Ucrania continúa escalando. En Rusia no ha gustado nada la respuesta de Estados Unidos y la OTAN rechando sus demandas, y el Kremlin considera que no es positivo que Ucrania no sea excluida de una futura ampliación de la Alianza Atlántica. Así, dicen, no ven motivos para el optimismo, aunque nuevamente, a uno y otro lado, también en Moscú, siguen insistiendo en que hay espacio para el diálogo en otros temas que propone la propia OTAN.
En este contexto, se sigue temiendo a esos tambores de guerra que aviva el continuo movimiento de tropas. Porque el despliegue, el desfile y la exhibición de poder militar continúa. Nadie cede en el conflicto. Mientras Vladimir Putin mantiene su batallón de más de 100.000 tropas en la frontera ucraniana, al tiempo en que desplaza sus buques por el Mar Negro y moviliza sus escuadrones en la vecina Bielorrusia, también EEUU y la OTAN realizan movimientos.
En cualquier caso, las guerras del siglo XXI no se libran solamente en el campo de batalla. Difundir noticias falsas, intervenir en las elecciones de terceros países o el chantaje con los recursos energéticos son otras tácticas que forman parte de la llamada ‘guerra híbrida’, y ese tipo de guerra entre Rusia y Occidente se libra desde hace años.
Se trata de una guerra que no se declara, de bajo coste y que además no derrama una sola gota de sangre.
“Internet es un medio muy barato. No es necesario comprar carros de combate ni utilizar cabezas nucleares", explica Francisco Canals, experto en ciberdelitos.
En el conflicto entre Ucrania y Rusia las trincheras también se cavan en el ciberespacio. El gobierno ucraniano dice contar con pruebas de que Moscú está detrás de los dos últimos ciberataques que tumbaron 70 webs estatales.
"En una ciberguerra se busca todo: primero dañar infraestructuras públicas que en su gran mayor parte dependen de internet", apunta Canals. Como en 2014, cuando un virus inutilizó una central eléctrica durante 6 horas, dejando sin luz a 80.000 personas en el duro invierno ucraniano.
También durante las elecciones de ese mismo año sabotearon su sistema informático y tuvieron que contar los votos a mano. Acababa de empezar la guerra en el Donbass.
El historial es largo y conocido. Desde Occidente los dedos siempre apuntan al Kremlin, aunque son numerosos los países que desarrollan la guerra en la Red. El problema radica en que es prácticamente imposible descubrir el origen.