La tensión entre Rusia y Ucrania lleva años gestándose, aunque es ahora cuando parece estar a punto de estallar por los aires. El vínculo entre ambos países se rompió hace 8 años, en 2014, con con la revolución del Maidán, cuando Ucrania prefirió mirar a Occidente. Un gesto que hirió a los rusos y al que Putin respondió anexionándose Crimea y alentando el separatismo en la región de Donbás, en la frontera. Desde entonces, rebeldes prorrusos luchan contra el ejército ucraniano.
Un enfrentamiento que parece llevar años gestándose y que ahora podría estallar en guerra, de agotarse la vía diplomática sin llegar a ningún acuerdo. Por si acaso, Rusia no deja de exhibir su músculo militar y la OTAN sigue enviado refuerzo militar al territorio ucraniano. Por su parte, Washington cree que Putin tiene una fecha en mente para la invasión: sería después de los Juegos Olímpicos de Pekín, que no querría deslucir a China. Es decir, a mediados de febrero. Antes de que el 'General Invierno' dé paso al 'Mariscal Barro', que podría convertirse en el peor enemigo de los rusos y pararles los pies.
Solo hace falta echar una ojeada a la historia para descubrir que el 'General Invierno' siempre ha sido el gran aliado de Rusia. Y es que no todo el mundo puede combatir contra el fío invierno ruso. Sus extremas temperaturas bajo cero (superando los 50 grados bajo cero) y las grandes heladas que paralizan a todo un país duran nada menos que cinco meses, desde noviembre hasta marzo. De sobra es conocido su relevancia en el ámbito militar. Gracias al 'General Invierno', Rusia pudo la Grande Armée de Napoleón Bonaparte, en 1812, y con la 'indestructible' Wehrmacht alemana de Adolf Hitler, en 1941.
Pero, como hemos dicho, el 'General Invierno' no es eterno y su retirada da paso al 'Mariscal Barro' o 'rasputitsa', o lo que es lo mismo, al barro, el cual se podría convertir en el mayor enemigo ruso. Se trata de fango negruzco que aparece por la infiltración de agua en el suelo en el momento de la fusión de las nieves, que suele ser durante la primavera y con la llegada de las lluvias de otoño. Es bastante típico en regiones de Bielorrusia, del oeste de Rusia y Ucrania. Esas enormes bolsas de barro que se crean en la superficie, hace que el fango se queda pegado a las suelas de los zapatos, ruedas de los vehículos -incluso tanques-, etc., impidiendo su movimiento.
La frontera entre Rusia y Ucrania suele estar congelada en estos meses de invierno, sin embargo, según ha revelado The New York Times, citando fuentes del gobierno estadounidense, en esta zona de Europa del Este se está viviendo un invierno templado, es decir, más cálido de lo habitual, por lo que el suelo está embarrado y podría dificultar el movimiento de tanques y otros vehículos de artillería, que podrían atascarse en el lodo. Un fenómeno que podría impedir el avance de Putin y los suyos y que ya experimentaron, de manera negativa, en el asedio al imperio ruso, tanto los nazis como los hombre de Napoleón, un siglo antes.