La cifra de refugiados que han huido de Ucrania para escapar del conflicto ha superado este martes el umbral de los dos millones, según ha informado la ONU, que considera esta crisis de desplazamiento el éxodo más rápido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Los sótanos de los hospitales de Ucrania se han convertido en el refugio de los pacientes. También para los niños con cáncer, que han visto interrumpidos sus tratamientos. La mayoría de las familias quiere escapar, pero hacerlo con niños enfermos es mucho más complicado.
Niños de un hospital de Járkov han podido salir del horror de la guerra a través de un 'tren hospital', un vagón en el que viajaban conectados a sus tratamientos. En total, unas 50 personas han podido desplazarse gracias a este medio.
El destino final de estos refugiados es el Hospital Clínico Central de Varsovia, donde los niños podrán recibir los cuidados que necesitan de manera segura.
Hay niños enfermos de cáncer que no pueden esperar. Para ellos, a pesar de lo peligroso que puede suponer salir del sótano del hospital en Kiev, han preparado traslados a otro centro sanitario en Lviv, al oeste de Ucrania, donde hay más medios y medicamentos. De allí se intentará evacuar a los niños a Polonia, donde se han comprometido a tratarlos.
Para la mayoría de niños con cáncer en Ucrania el traslado a la vecina Polonia es casi imposible. Por un lado porque los hospitales polacos se saturarían, otros no soportarían un viaje tan duro y arriesgado y otros porque sus padres tienen otros hijos sanos a los que no pueden dejar. Cada año se diagnostica cáncer a 1.000 niños en Ucrania.