España prepara tres grandes centros en Madrid, Barcelona y Alicante para la acogida urgente de refugiados procedentes de Ucrania. De momento, los ucranianos van llegando poco a poco. Los últimos, 47 mujeres y niños que ya están en Málaga, escapando del horror de la guerra. A su llegada reconocían alivio pero, por encima de todo, mucha tristeza. Ayer, llegó a Valencia otro autobús con refugiados, la mayoría niños de acogida que pasan los veranos en España.
La pequeña María nos regala su saludo al llegar. Fue la primera en bajar anoche del autobús que le ha traído desde la frontera con Ucrania hasta Málaga, en Andalucía. Su saludo es un gesto de tranquilidad y seguridad.
Junto a ella, han llegado 46 personas más. Ha sido un largo camino de dos días desde Cracovia que se refleja en sus caras de cansancio.
"Ahora estoy feliz que he salido de Ucrania que he sacado a mi hija de la guerra y ya puedo vivir tranquila", dice una mujer que ya respira tranquila.
El autobús venía repleto de madres con sus hijos que han escapado de la masacre. "Hay mucha gente en frontera que quiere venir a cualquier sitio pero salir de su país", ha explicado una refugiada nada más pisar suelo malagueño.
Pero no es fácil salir de allí. Para ayudar a este grupo, un empresario malagueño, Vicente, ha alquilado un autobús. Ahora sigue en Polonia, organizando nuevos retornos. Desde allí cuenta que es una avalancha de refugiados, "que están llegando continuamente".
En un albergue de Huesca también se preparan para una llegada masiva, 36 personas. Un viaje en furgoneta en el que llegan muchas familias agradecidas a los españoles. También tienen el miedo en el cuerpo, como un niño que no quería que le arrancaran de la mano de su madre.
Otro autobús ha salido de Barcelona cargado de ayuda, con 3.000 kilos de comida, material higiénico y médico. En los próximos días regresará a la capital catalana con 100 refugiados ucranianos.