El tratamiento médico por todo lo alto de Trump aviva el 'síndrome VIP': el problema de la desigualdad sanitaria

  • Su tratamiento por todo lo alto deja en evidencia las desigualdades sanitarias

  • Los ciudadanos pueden sentir que para los famosos es 'más fácil curarse'

Desde que el pasado 2 de octubre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su esposa, Melania Trump, confirmaran su positivo por coronavirus después de la prueba que se realizaron las noticias sobre el estado de salud del mandatario estadounidense no han dejado de surgir.

La incertidumbre y las incógnitas sobre la gravedad de su infección, con informaciones de la Casa Blanca en las que indicaban a la prensa que los signos vitales de Trump habían sido "muy preocupantes" y con posteriores mensajes de tranquilidad por parte del presidente mantienen a la población mundial en vilo.

Según las últimas actualizaciones, desde el viernes, el presidente ha mejorado y, aunque ha registrado una segunda caída en sus niveles de oxígeno, sólo ha mostrado síntomas leves.

Los médicos que lo atienden aseguraron hoy que el mandatario podría abandonar el hospital este lunes y seguir su tratamiento con antivirales y esteroides en la Casa Blanca.

Sobre esto último, su tratamiento, también se ha iniciado un debate internacional. El líder del partido republicano comenzó a tratarse con el antiviral remdesivir, pero no es el único fármaco que ha recibido. Los médicos le han administrado "un cóctel de anticuerpos policlonales", como recoge Russia Today, cuya combinación con el remdesivir todavía no se sabe si es segura.

Trump ha calificado de "milagrosos" los tratamientos impartidos por los doctores, pero esta mezcla de tratamientos, además de complicaciones desconocidas en la salud del presidente, pueden tener otra consecuencia: enviar un mensaje equivocado hacia el resto de población.

Para el mandatario existen todos los fármacos y medios posibles que traten de reducir el riesgo de fallecimiento por contagio, lo que puede derivar en el resto de personas en el 'síndrome VIP'.

El mensaje con este tratamiento es que, si eres una persona reconocida, podrás acceder a todo tipo de tratamientos mientras que si eres un ciudadano de a pie no. Pero como explica Jeremy Faust, médico del Brigham & Women’s Hospital en Boston, si estos medicamentos no se dan en gente corriente es porque todavía no han sido probados al 100%.

Los expertos advierten que hay que evitar lanzar este tipo de mensajes a la población, ya que pueden sentirse desanimadas y enfadadas y no querer colaborar en nuevos trabajos de investigación de los laboratorios ya que los famosos pueden acceder a cualquier medicamento sin obstáculos y ellos no.