La situación en Ucrania es cada vez más complicada para la población civil tras dos semanas de guerra con Rusia. Mientras, ambos países se acusan mutuamente incluso de tener armas biológicas, la gente muere y tiene hambre y sed. Los separatistas prorusos son quienes están haciendo llegar algo de comida a los civiles.
La situación es tan complicada en algunas zonas de Ucrania, como Mariúpol, una ciudad sitiada y casi destruida por los ataques aéreos de Rusia, que la gente no tiene ni luz, ni agua, ni alimentos. Desde hace una semana soportan esta situación.
Tanto es así, que las tropas separatistas prorrusas son las que llevan alimentos a los residentes. Una escasez que también sufren las tropas de Putin. Cada vez son más habituales las imágenes de saqueos.
Sistemáticamente, Rusia ataca zonas residenciales, hospitales, centros escolares y las instalaciones nucleares. Estas últimas objetivo fundamental para Vladimir Putin. La última atacada ha sido el Instituto de Física de Járkov, que guarda material radiactivo.
Moscú ha dado un paso más en esta guerra y apunta directamente a que Kiev tiene laboratorios que desarrollar armas biológicas, con financiación de EEUU.
El presidente, Volodimir Zelenski, asegura que solo Rusia podría tener estas armas. “Ucrania, es un país decente”, ha asegurado.
Mientras, EEUU cree que estas “falsas acusaciones” del Kremlin no son más que una excusa para usar contra los ucranianos armas químicas o biológicas y hablan de una operación militar de “falsa bandera”.