Las hijas de los oligarcas de Rusia han pasado en apenas dos semanas de ser las reinas de las fiestas de lujo y las redes sociales a no poderse mover como antes. Entre ellas está Sofia Abramóvich, hija del magnate Roman Abramovich. En su propio país tienen que andar con mucho cuidado si se atreven a criticar mínimamente la guerra de Vladímir Putin.
El Instagram de la nieta de Borís Yeltsin, Maria Yumasheva, está salpicado de imágenes de la buena vida de estos ciudadanos rusos. Pero, por sorpresa, se cuela la bandera ucraniana y un corazón roto en su perfil. Hablamos de personas que pisan el acelerador de coches de cifras estratosféricas y que posan con bolsos y relojes de lujo.
Pero algo está cambiando en sus vidas de lujo. Sofia Abramóvich, desde Londres, publicó un post en su Instagram contra la invasión desatada por Vladímir Putin. Pero no lo busquen en sus redes, ya se ha borrado esa historia.
Elizaveta Peskova, hija de Dmitri Peskov, un estrecho consejero de Putin, publicó 'stories' de Instagram contra el conflicto bélico. Eso sí, vive en la capital de Francia, París. Su cuenta de Instagram ha sido censurada por el Gobierno de Rusia tras mostrar su rechazo a la guerra.
Otra voz en contra es la de Ksenia Sobchak, hija de Anatoly Sobchiak, exalcalde de San Petersburgo y mentor de Putin. Periodista con arrojo que ha pedido el fin de la invasión. No obstante, asegura tener miedo Una nueva generación de rusos intenta alzar su voz, o quizás es el miedo a perder sus privilegios por la guerra.