El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha reaparecido en un vídeo en el que trata con el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, de la toma de Mariúpol. Ese vídeo, que pretende ser una exhibición de la fortaleza de Putin, pone en evidencia sus debilidades. De nuevo se cuestiona su salud por sus gestos y apariencia.
Vladimir Putin aparece en la reunión agarrado a la mesa, como si necesitara sujetarse a ella para mantenerse, mientras se mantiene encorvado en la silla. Además, al presidente de Rusia se le ve algo hinchado.
Estas imágenes con las que el Kremlin quería dar una imagen de autoridad y fortaleza del líder ruso han reavivado los rumores de su mala salud. La postura encorvado, la necesidad de sujetarse y la hinchazón de su cuello y su cara dan que hablar.
El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, tampoco presenta muy buen aspecto. Parece hablar con dificultad y tiene que recurrir a las notas para seguir hablando. Desde que comenzó la guerra en Ucrania se rumorea que su estado de salud había empeorado hasta el punto de sufrir un infarto al corazón.
El profesor Erik Bucy, un experto en lenguaje corporal de la Texas Tech University, ha dicho en declaraciones a The Sun Online que ve a "un Putin asombrosamente debilitado en comparación con el hombre que observamos hace unos años".
“Un presidente físicamente capacitado no necesitaría mantenerse apoyado con una mano extendida para hacer palanca y no estaría preocupado por mantener ambos pies plantados en el suelo. Este no es un retrato de un Putin saludable, sino uno que parece cada vez más débil y apenas capaz de mantenerse erguido ", añade.
Los rumores apuntan a un cáncer de tiroides de Vladimir Putin, a juzgar por la hinchazón de su rostro y porque, según el Daily Mail uno de sus doctores personales es un oncólogo especialista en este tipo de tumores, Yevgeny Selivanov, del Hospital Clínico Central de Moscú.