Las Fuerzas Armadas rusas han señalado este viernes que la segunda parte de su "operación especial" en la guerra tiene como objetivo hacerse con el "control total" del este y el sur de Ucrania y la región del Donbás, así como ganar acceso a Transnistria, región separatista prorrusa de Moldavia que se declaró independiente sin reconocimiento internacional. Por ello, los soldados de Putin llevan ya varios días incrementando su ofensiva en el Donbás.
Rustam Minnekaev, comandante del Distrito Central del Ejército, ha afirmado que "esto permitiría crear un corredor hacia Crimea y tener influencia sobre la economía ucraniana", ha dicho. Así, ha destacado que esto daría a las fuerzas del Kremlin la oportunidad de lograr acceso a Transnistria, donde "también se producen actos de opresión contra la población de habla rusa", tal y como ha lamentado.
"Aparentemente ahora estamos en guerra con todo el mundo, como en la II Guerra Mundial. Toda Europa está en nuestra contra, nunca les ha gustado Rusia", ha aseverado, según informaciones de la agencia de noticias TASS.
No obstante, Minnekaev ha resaltado la "superioridad técnica del Ejército ruso" sobre las fueras ucranianas, una cuestión que ve como una "obviedad". "Cuando Rusia golpea no sufre pérdidas y esto acaba con la moral de los ucranianos", ha afirmado.
El pasado 29 de marzo, el Ministerio de Defensa ruso dio por cumplido el objetivo esencial de la primera fase de la invasión, que era mermar la capacidad bélica de Ucrania, y dijo que se centraría en la "liberación del Donbás".
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó el pasado 24 de febrero lanzar una "operación militar especial" en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como independientes, necesitaban ayuda ante el "genocidio" de Kiev. Estas ya estarían controladas actualmente por las tropas rusas al 80%.
Con el plan de Putin, Ucrania se quedaría sin salida al mar. El mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, asegura que no renuncia a un solo palmo de su territorio y confía en empezar a recuperarlo en cuanto se acelere la llegada del armamento occidental.
De momento, el Ejército ucraniano sigue sacando provecho sobre todo de los drones. La población local asume ya, desde su vida subterránea, que esta será un conflicto armado largo y que quedan muchas lágrimas por delante.