El pasado domingo un vuelo chárter procedente de Kabul aterrizaba en el aeropuerto de Heathrow, en Londres. Se trataba de uno de los últimos vuelos fletados por el programa de evacuación que el Gobierno británico ha organizado desde Afganistán antes de la retirada de las tropas estadounidenses del país. Pero en él no viajaban refugiados afganos o diplomáticos británicos, sino 100 perros y 70 gatos, según informa BBC.
Los animales procedían del refugio de Nowzad, creado en Kabul por el exmiembro de la Royal Marine, Pen Farthing. El soldado veterano ya había conseguido crear una potente campaña de presión desde que saltó la crisis internacional en Afganistán, por la llegada de los talibanes a Kabul. Hace unas semanas, el Gobierno británico no se planteaba ayudarle y el ministro de Defensa, Ben Wallace, aseguraba que no se daría prioridad “a las mascotas frente a la gente”. Pero poco después afirmó que buscarían “un hueco” en los aviones.
Tras una campaña en redes realmente potente y una importante recaudación de fondos, Farthing consiguió que los militares británicos lo ayudaran a acceder al aeropuerto de Kabul, pasara todos los controles con las casi 200 mascotas, y cargara con ellas un avión privada donde además los miembros del ejército británico en la zona le ayudaron a cargar varios cientos de kilos de comida y varios cientos de litros de agua. El avión despegó de Kabul el lunes con las mascotas y el propio Farthing pero con el resto de los asientos vacíos, dejando en la pista a los 24 empleados afganos del refugio de Nowzard, que todos estos años han cuidado de los animales.
Pero no solo a ellos. El Gobierno Británico ha dejado en Afganistán a, al menos, 150 ciudadanos británicos y unos 1.100 afganos que han trabajado estos últimos veinte años para el Reino Unido. El vuelo de las mascotas de Farthing ha indignado a una buena parte de la sociedad británica y ha provocado un gran malestar en los militares. El ex-soldado y ahora diputado conservador Ton Tungendhat se quedó sin palabras cuando un interprete le preguntó sobre este polémico vuelo: “¿Por qué la vida de mi hija de cinco años vale menos que la de su perro?”
Farthing, que confirmó en sus redes sociales que el avión había volado con asientos vacíos, aseguró que estaba "muy preocupado por su personal y por todas las demás personas que sufren en Afganistán". La organización benéfica Nowzad publicó en sus redes sociales que había sido un "golpe devastador que su maravilloso equipo se hubiera quedado atrás".