Reino Unido vive conmocionado por el asesinato de una joven, presuntamente, a manos de un policía y la posterior y dura carga policial para disolver la vigilia en su memoria. Miles de personas han protestado en la calle contra esa intervención. El Gobierno ha pedido una respuesta a Scotland Yard.
El asesinato de Sarah Everard ha generado un sentimiento de repulsa en Reino Unido, que ahora también va dirigido a la policía.
La dura actuación de los agentes durante una vigilia en honor a Sarah ha encendido todavía más los ánimos. La falta de tacto en un caso tan delicado ha llevado a pedir la dimisión de la máxima responsable de la Policía Metropolitana de Londres, mientras el resto de autoridades promete investigar la actuación policial.
Mientras tanto, el único sospechoso de su muerte, un policía encargado de la escolta del cuerpo diplomático, Wayne Couzens, permanece bajo custodia tras haber declarado ante el juez.
El caso ha hecho salir a la calle a miles de personas, mientras las autoridades recuerdan que toda concentración pública está prohibida debido a las estrictas restricciones aún vigentes en Reino Unido por la pandemia de covid.