Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania el peligro de las armas nucleares ha estado ahí. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha acusado a Kiev de tener armas nucleares y de estar experimentando con armas biológicas. Sin embargo, es Moscú, una gran potencia armamentística, que posee armas que sin ser nucleares son mucho más destructivas que las tradicionales. Son las bombas termobáricas o de vacío.
Rusia ha lanzado bombas termobáricas en Ucrania, lo que demuestra la "devastación" que busca Moscú, según ha indicado
La embajadora ucraniana en Washington, Oksana Markarova, acusó hace unos días a Rusia, después de sostener reuniones en el Congreso de Estados Unidos para explicar la situación en su país, de usar estas bombas de vacío para arrasar los búnkeres con civiles.
Las armas termobáricas tienen una capacidad destructiva mucho mayor que otras armas. Son las armas más peligrosas que hay, después de las nucleares. Son conocidas como el padre de todas las bombas, ya que podrían arrasar varias ciudades a la vez.
Las bombas de vacío o armas termobáricas funcionan con el oxígeno del aire que hay a su alrededor. Eso le permite provocar una explosión mayor a altísimas temperaturas – entre 2.500 y 3.000 grados centígrados-. De ahí su capacidad destructiva.
Tras lanzar la bomba termibárica, la primera carga explosiva revienta un contenedor y se produce la dispersión del combustible con el oxígeno de la atmósfera. Una vez que el combustible ya se ha mezclado lo suficiente, se detona la segunda carga que propagará la explosión, a través de la onda expansiva, por toda la nube de combustible.
La explosión de una bomba de vacío puede aniquilar equipos y edificios reforzados, mata y hiere gravemente a las personas. El efecto contra las personas de la onda explosiva es más letal en refugios excavados en el suelo, sobre personas con algún tipo de protección corporal y en espacios cerrados como cuevas, edificios y búnkeres. De ahí, su tremendo poder destructivo y asesino en una guerra cuando los ciudadanos tienen que refugiarse en los sótanos de los edificios cada vez que suenan las alarmas antiaéreas.
Las bombas de vacío no son armas que se empleen contra objetivos estratégicos. Son útiles para generar mucha destrucción y abrirse camino. Podrían ser una opción para el Gobierno ruso de Vladimir Putin, a quien los soldados ucranianos están plantando cara en las principales ciudades del país, como la capital, Kiev, que aún resiste a pesar de que cada día que pasa los ataques se intensifican.