La última revelación sobre el príncipe Andrés, hijo de la reina de Inglaterra, acerca del caso Epstein, mantiene a Reino Unido en la expectación ante su posible imputación por abuso sexual a una menor.
Así, podría verse obligado a viajar a Estados Unidos para prestar declaración ante un juez; un escenario que sus abogados van a intentar evitar a toda costa.
La menor de la que presuntamente abusóabusó hace 20 años recibió del millonario fallecido Jeffrey Epstein casi medio millón de euros a cambio de no denunciar a ninguno de los hombres con los que tuvo relación, incluido, supuestamente, el príncipe.
Un juez estadounidense decide a partir de hoy si ese contrato tiene validez legal, mientras en Reino Unido el caso ocupa las portadas de la prensa británica; una pesadilla para la familia real, y en concreto un golpe también a la reputación de Isabel II, porque es además su hijo favorito.
Los abogados del príncipe Andrés llevan años buscando el resquicio legal por el que escabullirse de la justicia de Estados Unidos. Han llegado a alegar que su cliente sufre de anhidrosis, incapacidad para sudar... El objetivo es desmentir el testimonio de la denunciante, que sostiene que el príncipe había bailado y estaba muy sudado en el momento en el que abusó de ella, cuando tenía 17 años.
Ahora, el bufete del hijo de la reina de Inglaterra se agarra a un acuerdo suscrito entre Epstein y Virginia Giuffre, la supuesta víctima. Lo firmaron en 2009. El líder de la red pedófila le dio 440.000 euros para que no le demandara a él ni a nadie vinculado a él. Los abogados de Giuffre, que tiene ahora 38 años, reclaman que ese acuerdo se refiere a un proceso judicial en el que no aparecía el príncipe Andrés y que, por tanto, no es un escudo en su caso.
Un juez de Nueva York tiene la última palabra, pero la reciente condena a Ghislaine Maxwell, la proxeneta de la red y amiga íntima del príncipe, no es una buena noticia para él.