El caso Epstein no hace más que enredarse y la historia se va complicando por momentos, una historia cada vez más compleja y que deja clara una cosa, los intereses ocultos que se esconden detrás de todo este entramado. Las muertes se van sucediendo en uno de los escándalos más importantes que se han vivido en las últimas décadas en Estados Unidos y que implicaría a personajes de las más altas esferas, muertes que demuestran que es mejor no hablar y lo únicos que mantienen la boca cerrada son los cadáveres.
El último muerto ha sido un supuesto asesino profesional que acabó con la vida del único hijo de la jueza que lleva el caso Epstein.
El primero en morir fue el propio Jeffrey Epstein, el magnate de 66 años apareció supuestamente ahorcado en la celda donde se encontraba bajo vigilancia en la Unidad de Alojamiento Especial del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, el pasado mes de agosto. Un suicidio con muchas incógnitas ya que las cáceles de Estados Unidos son de las más seguras en este tipo de situaciones y más siendo un personaje de la talla de Epstein.
El magnate fue imputado por tráfico sexual de menores y conspiración después de que varios testimonios le situaran como el cabecilla de una vasta red de explotación de menores, donde al parecer estaban implicados numerosos personajes importantes de la sociedad. Anteriormente había estado bajo investigación por parte de las autoridades federales y locales por delitos sexuales contra niñas menores de edad, pero en 2008 llegó a un acuerdo al declararse culpable por el que finalmente cumplió trabajos comunitarios desde su oficina.
La autopsia que se le realizó al magnate reveló que contaba con varios huesos rotos en el cuello, una muerte compatible con ahorcamiento pero también con un estrangulamiento.
El pasado lunes un hombre disfrazado de mensajero de la empresa Fedex, irrumpió en la casa de la jueza Esther Salas, en Nueva Jersey, quien había sido encargada de realizar la investigación de las personas que participaron junto a Epstein en los abusos sexuales a las menores.
El asesino abrió fuego contra la casa alcanzado al único hijo de esta, Daniel de 20 años, y a su esposo, a quien hirió de gravedad y se encuentra hospitalizado, mientras que al hijo fue mortalmente herido. Esther se pudo salvar del ataque porque se encontraba en el sótano en el momento en el que el atacante abrió fuego.
Según afirma CNN, el FBI encontró muerto a última hora del lunes al supuesto atacante que había disparado contra la casa de la jueza que lleva el caso Epstein, matando a su hijo y dejando herido de gravedad a su esposo.
El FBI lo ha identificado como Roy Den Hollander, de profesión abogado y quien había argumentado durante un juicio en un caso ante Salas, según afirman los registros judiciales.
Al parecer el supuesto asesino murió por herida de bala que creen se había realizado él mismo. Una muerte que deja más dudas aún en un caso del que aún quedan muchas páginas por escribir.