Al igual que lo hiciese Felipe de Edimburgo con Lady Di, varios miembros de la Familia Real británica han procesionado detrás del féretro del duque antes de la ceremonia en la Capilla de San Jorge. Entre ellos, Harry y William, hijos del príncipe Carlos, han seguido el ataúd de su abuelo a bordo del Land Rover que él mismo diseñó a lo largo de los años.
No han sido los únicos que han seguido el camino del coche hasta la llegada a las escalinatas de la capilla. También lo han hecho sus hijos y otros nietos, y según había dispuesto la reina Isabel II, su primo Peter Phillips, hijo de la princesa Ana, ha estado entre los dos hermanos a lo largo del camino.
Sin embargo, Phillips dio un paso hacia atrás, comentaba en la BBC la experta Katie Nichol, según recogen medios como 'Daily Star'. Independientemente de que fuese por un tema de jerarquía o para dejar que les fotografiasen juntos que, apuntaba, desconocía, "algunos pueden haber encontrado este gesto encantador".
Cabe destacar que el reencuentro de Harry con su hermano William era uno de los momentos más esperados del funeral ya que el duque de Sussex, que vive en Los Ángeles con su mujer Meghan Markle y su hijo, confesó que en la entrevista de Oprah Winfrey que estaban distanciados.
De hecho, no ha sido hasta la finalización del servicio en la capilla, cuando se ha podido ver a los dos hermanos juntos, caminando y charlando junto a Kate Middleton ya en el exterior.
Por lo demás, la ceremonia ha estado marcada por las restricciones del coronavirus y han acudido 30 invitados. Precisamente, allí se ha podido ver por primera vez desde el deceso de su marido a la reina Isabel II vestida de auténtico luto, sentada sola en la parte delantera.
El ataúd, que ha sido introducido en la Capilla de San Jorge sobre los hombros del Jefe del Estado Mayor de Defensa, General Sir Nicholas Carter, junto con los jefes del Ejército, las Fuerzas Aéreas y la Marina británica, se ha bajado a la Bóveda Real, donde descansa junto a otros 24 miembros de la familia real británica.