A unas horas del funeral de Felipe de Edimburgo, el marido de la Reina de Inglaterra, a Isabel II se le visto por primera vez abandonar los muros de ese castillo de Windsor.
A los pies de la capilla, el manto de ramos cuidadosamente colocados que los británicos han ido dejando en las puertas del castillo. Y allí hoy, el príncipe Eduardo y a quien está siendo un incondicional consuelo para la Reina: su nuera Sophie, conmovida tras unos días intensos muy cerca de Isabel II que ha sorteado su primera semana de viudedad, tras 73 años con Felipe de Edimburgo. Aunque en la víspera, la reina se ha puesto al volante del Jaguar y ha sacado a pasear a sus cachorros.
Cada detalle, tan de la Gran Bretaña, en los preparativos e intentando que no haya notas discordantes. Por eso Buckinghan Palace anuncia que, tras el féretro irán los 4 hijos del Duque y también los nietos, pero esta vez no veremos a los hermanos uno junto al otro, la distancia emocional entre ambos la llenará su primo Peter que caminará entre los dos.
Además irán de traje o frac, nada de uniformes. No habrá multitudes, ni adioses masivos, sólo los 30 escogidos y la soledad de una reina.