Todo sucedió mientras un grupo de niños celebraba una fiesta de cumpleaños en un zoo de Utah, EEUU. Allí, sin perder ningún detalle, pegados al cristal que separaba la zona de los visitantes de la del recinto de los animales, los pequeños se encontraban observando cómo una cuidadora se disponía a dar de comer a un imponente cocodrilo cuando, de repente, la expectación que levantaba la escena quedó reducida a momentos de tensión y pánico.
“¡Tenemos un problema aquí!” gritaba un hombre que se encontraba también en el lugar, siendo testigo, al igual que las decenas de niños que allí se encontraban, del instante en que el reptil enganchaba el brazo de la cuidadora con su enorme mandíbula.
En vano, ella intentó escapar, pero el cocodrilo empezó a revolverse y a arrastrarla al interior de la piscina en la que se encontraba.
Ante la situación, y en vista de que ninguno de los trabajadores del zoo acudía rápidamente a ayudarla, el hombre que gritó pidiendo ayuda y alertando de lo que estaba pasando no lo dudó y entró en acción: primero intentó sacarla desde fuera, tirando de ella, pero viendo que no lo conseguía, volvió a pedir ayuda una vez más y, tras ello, decidió saltar a la piscina.
Inmediatamente, se subió encima del cocodrilo y, haciendo presión sobre su costado mientras los niños desde fuera gritaban asustados, consiguió que el reptil soltase la mano de la cuidadora.
Tras ello, ayudada por otro visitante, la joven fue puesta a salvo, lejos del cocodrilo, mientras el hombre, convertido en héroe del momento, retenía al animal poniendo todo su peso sobre él.
Identificado como Donnie Wiseman, de 48 años, tal como informa New York Post, tras seguir las indicaciones que le dieron, también logró salir ileso tras salvar a la cuidadora de las fauces del reptil.