Estados Unidos asegura que Rusia podría anexionarse Donesk y Lugansk, a mediados de este mes. Mientras, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, condiciona la neutralidad internacional del país a la liberación de todos sus territorios. Mientras siguen los combates, hoy de nuevo se va a intentar evacuar a los civiles de la acería de Mariúpol, que ayer falló debido a nuevos ataques.
Los alrededores de la acería de Mariúpol podría ser el decorado de una película pero no lo es. La asediada acería de Azovstal, símbolo de resistencia en la ciudad portuaria de Mariúpol de la guerra de Ucrania, es el último bastión frente a la invasión de Rusia.
La evacuación, llevada a cabo bajo protección de la ONU y la Cruz Roja, aún no ha acabado y los que han logrado salir aún no están del todo a salvo.
El ministro ucraniano de Exteriores cuenta que dentro aún quedan decenas de soldados heridos "y sus vidas no deben quedar a discreción del ejército de Rusia, que continúa bombardeando sus posiciones". Un grupo de esos soldados de Ucrania lanza un grito de socorro a la comunidad internacional.
En la destruida ciudad de Mariúpol la situación no es mejor. Ese hombre, en una hoguera improvisada, prepara algo para comer. Su casa ha sido arrasada y mientras resuenan los bombardeos.
Mientras, una mujer llora. "No tengo a dónde ir", dice porque nadie la espera en otro lugar y el Gobierno ucraniano no puede proporcionar casas para todos.
Las autoridades esperan intentar hoy nuevas evacuaciones en la acería de Mariúpol.