Novak Djokovic aterrizó en Melbourne el día cinco de diciembre, exhibiendo una exención médica para entrar a Australia sin vacunar contra el covid. Ese fue el comienzo del mayor embrollo judicial que ha vivido el tenis mundial.
El número uno del tenis mundial pretendía jugar el Open de Australia sin respetar las estrictas medidas de seguridad que ha impuesto Australia, desde que comenzó la pandemia de covid. Fue uno de los que mayor tiempo mantuvo la cuarentena en las ciudades con mayor población.
Después de varias horas de interrogatorio en el aeropuerto, las autoridades australianas le deniegan la visa a Novak Djokovic y lo obligan a permanecer recluido en un hotel de la ciudad. El tenista declara su amor a los que lo apoyan junto al edificio, mientras algunos organizan unas protestas contra el deportista serbio, que en los últimos tiempos ha presumido de su negacionismo sobre las vacunas y el covid.
Las protestas se reproducen en su serbia natal, estas a favor, aunque las autoridades de este país han admitido que su ídolo Novak Djokovic pudo haber incumplido la cuarentena tras dar positivo en covid, el 16 de diciembre, mientras participaba en diferentes actividades públicas, de las que ha ido dejado rastro en sus redes sociales, porque a él parece no importarle esto de las normas. Su familia lo apoya y lo comparan con Jesucristo crucificado.
Su exentrenador, el supercampeón de Wimbledon, Boris Becker, aconseja a Djokovic vacunarse contra el covid y argumenta que su familia es muy pasional y que a veces exageran. Y bastante.
Rafa Nadal ha declarado sobre el comportamiento de Djokovic que "el mundo ya ha sufrido demasiado" con el coronavirus como para saltarse las reglas y un día después, el lunes 10 de diciembre, un juez ordena que se ponga al tenista en libertad al tenista serbio.
Djokovic comienza a entrenar y en un comunicado, se disculpa por mentir en su entrada a Australia al ocultar un viaje a Marbella. También por acudir a una entrevista sabiendo que estaba contagiado. Entra en el sorteo de partidos como primer cabeza de serie.
Otro de sus rivales, el tenista griego Tsisipas, se queja de que el trato de favor a Novak Dkojovic hace que el resto parezcan tontos. En una encuesta sobre qué piensan los australianos sobre el caso Djokovic, ocho de cada diez apoyan que se le expulse del país.