La parte más dura de la guerra de Ucrania es sin duda la de la gente que se queda atrás, los miles de muertos entre soldados y civiles que se amontonan en morgues. A orillas del Mar Negro, en Mykolaiv, al sur del país, decenas de muertos quedan abandonados bajo la nieve.
Los vecinos de esta localidad se ven obligados a dejar, a la intemperie y uno a uno, los cuerpos sin vida de soldados y civiles caídos en la guerra. Sobrecogidas, las familias esperan en la morgue de Mikolay para identificar a sus seres queridos: "Es realmente horrible, no hay palabras".
Cada día son más y ya casi no hay espacio. "Tenemos un refrigerador, pero nuestra capacidad es solo para 20 personas", admite uno de los vecinos. En caso de que los cuerpos sin vida sean identificados, los envuelven en bolsas de plástico, pero el resto apilados en una sala, sin nombre, y dejando unas imágenes escalofriantes que no superan a las de la realidad que viven en Ucrania desde que comenzó la invasión rusa, hace ya 23 días.
"La guerra es cuando hay una lucha justa, esto es un exterminio sin reglas". Un exterminio que se lleva cada día la vida de más y más inocentes.