Una mujer húngara de 51 años fue acuchillada 58 veces en su casa de Queens, en Nueva York, mientras su hijo pequeño dormía en otra habitación. Orsolya Gaal fue encontrada en una bolsa en la calle, con múltiples heridas en el cuello y en la parte superior del cuerpo. La policía de Nueva York quiere investigar a un hombre que sabía cómo entrar a la casa y podría haber mantenido una relación con la mujer.
Las investigaciones del brutal asesinato en Queens, Nueva York, siguen sin aclarar quién mató a Orsolya Gaal en su casa de Forest Hills. Los agentes están tratando de localizar a un hombre que salió de su casa con la bolsa en la que estaba la mujer húngara, pero no han logrado dar con él pese a las cámaras en la calle.
La mujer, de 51 años, salió en la noche del sábado con unas amigas y tras pasar sola por un bar durante unos 40 minutos, regreso sola a casa. En la vivienda de Queens estaba su hijo pequeño durmiendo porque su marido y el hijo mayor se encontraban de viaje. La policía está investigando si un hombre, con el que mantendría una relación, pudiera haber entrado a la casa al conocer dónde había una llave escondida en el exterior.
Los agentes han ofrecido una recompensa de 3.500 dólares por si alguien puede dar pistas que ayuden a resolver el asesinato. Los amigos de Orsolya Gaal no dieron crédito a lo sucedido y reaccionaron rápido en redes sociales al violento crimen en Queens. “Siempre recordaré lo apasionada que eras por tus hijos y su educación”, escribió su amigo David S. Lee, mencionado por New York Post.
Las cámaras de vigilancia grabaron a un hombre que salió de la casa de la mujer húngara a las 4.30 de la mañana con una bolsa en la que luego fue encontrada. El asesinato se cometió mientras su hijo pequeño dormía en la vivienda y Orsolya Gaal recibía hasta 58 puñaladas, con muchas heridas en el cuello y en la parte superior del cuerpo.
El hijo de 13 años, que dormía mientras su madre era asesinada, fue interrogado por la policía por si había escuchado o visto algo, y horas después regresó a su casa bajo la custodia de su padre. La policía de Nueva York sigue sin encontrar al sospechoso, aunque confía en encontrarlo rápido gracias a las cámaras de vigilancia y la ayuda ciudadana.