Josie Ann Abney, de tan solo 10 años, murió de hambre debido a que sus padres adoptivos presuntamente le escondían la comida o la guardaban bajo llave. En la ciudad estadounidense de Salem (Misuri) decenas de personas realizaron una vigilia esta semana en su memoria y pidieron justicia para la pequeña.
Josie pesaba tan solo 17 kilos, cuando un niño de su edad debe pesar entre 30 y 35 kilos. De acuerdo con la policía que la rescató, a Josie se le notaban los huesos y tenía moratones en las piernas, brazos y pecho, según Vanguardia.
Las autoridades locales dijeron que estaba tan demacrada y deshidratada que los médicos no lograron extraerle sangre para los análisis. Los documentos judiciales señalan que los huesos de la menor eran visibles y que su piel estaba cubierta de magulladuras: "La niña era tan delgada y débil, parecía una víctima del holocausto", lamenta un detective de la oficina del Sheriff del condado de Dent.
El 13 de octubre los padres de la niña llamaron a la policía porque la pequeña no respondía tras un desmayo; inmediatamente fue trasladada al Salem Memorial District Hospital donde murió poco después.
En base a la autopsia, la menor falleció por inanición, una extrema debilidad física provocada por la falta de alimento. Tras el lamentable deceso, se obtuvo una orden para registrar la casa de los padres adoptivos, Susan A. y Randall A.
Los oficiales encontraron en la vivienda que el frigorífico tenía una cerradura y en el cuarto de Josie solamente había un colchón en el suelo, una lampara y un cesto para la ropa sucia. La cerradura se había cambiado para que pudiera cerrarse por fuera. En la alacena los alimentos para preparar estaban muy altos, presuntamente para que la pequeña no los alcanzara.
Según la versión de los padres adoptivos, Randall y Susan, su hija estaba tan delgada porque ella misma decidió dejar de comer. Cuando se les preguntó porque no la llevaron antes a un médico, la mujer respondió que "tenía demasiado miedo de lo que pensarían" los demás.
El padre adoptivo aseguró que nunca encerró a la menor en su cuarto, mientras que la madre declaró que la encerraban mientras trabajaban en el jardín, puesto que tenían un arma. Cuando les avisaron sobre la muerte de Josie, el hombre sólo se limitó a decir "Oh", y Susan se agarró la cabeza con ambas manos, de acuerdo con el oficial que estaba presente.
Es de mencionar que en Estados Unidos ofrecen apoyo económico a quienes adoptan a menores y la pareja está criando a 13 niños. Ambos se encuentran en prisión con una fianza de 500.000 dólares cada uno acusados de abuso infantil o negligencia en el cuidado de un niño y deberán comparecer ante un tribunal a finales de mes.