Una niña de 8 años ha sido abandonada en una gasolinera en la localidad de Kabupaten Pelalawan, en Indonesia, junto con una nota en la que sus padres justificaban el abandono de la menor porque "se portaba mal".
La Policía de Indonesia ha iniciado una investigación para tratar de identificar a la menor y a sus progenitores. Estos le habrían aconsejado que "cuidara de ella misma", según recoge el diario Mirror.
En la nota con la que la abandonaron en la gasolinera se podía leer las disculpas hacia la menor y la justificación por su mala actitud: "Hija, perdóname. Me veo obligada a dejarte en la calle. No estoy dispuesta a hacerte sufrir o torturarte por tu mal comportamiento. Todos los días causas problemas. Perdóname. Cuídate".
Los padres del menor olvidado en el bus que debía haberlo dejado en el CEIP Luis Seoane, de Oleiros (A Coruña), donde cursa sus estudios de quinto de Infantil, han exigido a la Xunta que adopte "las medidas necesarias" para que un suceso así no vuelva a ocurrir, entre ellas que se exija un curso de formación específica para los monitores.
En un escrito dirigido a la Jefatura Territorial de Educación, que formalizarán el lunes, según han precisado fuentes del ANPA consultadas por Europa Press, critican que "en casi cinco horas nadie se diese cuenta" de que su hijo, de cuatro años, estuviese en esa situación. Aseguran también que, tras lo sucedido, el niño "no quiere ir en autobús ni a la escuela".
Por otra parte, se preguntan "cómo es posible hacer la ventilación y la desinfección del autobús sin darse cuenta de la presencia del niño". "Realmente se está haciendo la limpieza, tal y como se comprometió la empresa de transporte Eliseo Pita en el protocolo que firmó con el centro escolar", se preguntan.
Mientras, defienden la actuación de la hasta ahora directora del centro, a cuya dimisión, calificada de "obligada", se ha sumado el resto del equipo directivo. A ella, le muestran su "pleno apoyo".
Por último, piden que se exija "un curso de formación específica para los monitores que acompañen a los niños; que se haga un plan del autobús detallando el asiento de cada niño que ocupen siempre su lugar a la ida y la vuelta, durante todo el curso, llevando un control de los niños que suben y bajan y, sobre todo, que se obligue a desinfectar el bus una vez bajen los niños". "Si se cumplieran los protocolos, todo esto no hubiera pasado", sentencian.