Desde el refugio del hospital de Chernigov, la madre de un niño que padece cáncer y lleva meses en tratamiento ha lanzado un grito de auxilio desgarrador. Su pequeño Nikita, a quien sostiene en brazos, está en la última fase de tratamiento y necesita continuar con él. Por ello quiere ser otra de las personas que huyen del país alejándose de la guerra.
Así, esta joven madre pide que les trasladen cuanto antes a un lugar seguro: "Probablemente me ponga a vomitar si me vuelven a decir 'aguanta'. ¿A qué tengo que esperar? necesitamos ir a un lugar seguro, estamos en la fase final del tratamiento y necesitamos terminarlo".
Los sótanos de los hospitales de Ucrania se han convertido en el refugio de los pacientes. También para los niños con cáncer, que han visto interrumpidos sus tratamientos. Un médico de Kiev advierte: “Nuestros pacientes morirán”.
En colchones y con mantas, los pacientes pediátricos con cáncer se refugian en los fríos sótanos de los hospitales en Ucrania, entre pasillos lúgrubes llenos de tuberías. Sus padres, mientras escuchan las bombas, intentan calmarlos y convencerles para comer y beber algo.
Los médicos y enfermeros hacen lo que pueden. "Estos niños sufren más, su lucha contra el cáncer no puede esperar", ha explicado la doctora Lesia Lysytsia por teléfono en declaraciones a NBCNews desde el sótano de Okhmatdyt, un hospital infantil de Kiev, el más grande de Ucrania, donde las sirenas advierten constantemente de los bombardeos y se atiende a los niños víctimas de la guerra.