Es una nueva imagen de una guerra que no da tregua y que está rompiendo vidas, familias, separando a padres e hijos y provocando dos millones de refugiados, gran parte de ellos niños, mujeres y personas mayores. La de un niño llorando sin consuelo porque su padre se va a luchar. Porque la realidad es que son los hombres los que deben ir a la guerra, los que se tiene que quedar a defender Ucrania -no son pocas las mujeres que les acompañan-.
El reto de huir, de arriesgar su vida también pero con el fin de salvar a los hijos es de ellas. Y esta es la imagen del desgarro que provoca en muchos niños decir adiós a sus padres.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Unicef esperan que cientos de miles de niños estén entre los millones que tratan desesperadamente de escapar del conflicto, que comenzó el 24 de febrero cuando Vladimir Putin lanzó una invasión por tierra, aire y mar de Rusia contra Ucrania.
Entre ellos estarían los niños no acompañados cuya seguridad debe priorizarse tan pronto como cruzan la frontera, ya que los riesgos de violencia, abuso y explotación se multiplican al cruzar las fronteras, según la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
“El riesgo de tráfico también se dispara en las emergencias”, dijo la declaración conjunta, instando a los países vecinos a garantizar que los niños y las familias reciban un espacio seguro tan pronto como crucen la frontera desde Ucrania.
El niño de 11 años que llegó a Eslovaquia solo con su pasaporte, una bolsa de plástico y el número de teléfono de familiares en la capital de Bratislava escrito en su mano fue identificado el lunes por el Ministerio del Interior de Eslovaquia como Hassan.
Hassan, quien ha sido aclamado como un "héroe" por las autoridades, se ha reunido desde entonces con sus familiares, mientras que su madre habló para decir que no podía dejar sola a su madre discapacitada, ya que la familia vive cerca de la planta nuclear de Zaporizhzhia. Según las agencias, hay cerca de 100.000 niños, la mitad de ellos con discapacidades, en cuidado institucional o internado en Ucrania. Si bien aprecia la importancia de que sean evacuados de manera segura en un momento de tal crisis, la declaración insta a actuar en el mejor interés de los niños y buscar el consentimiento de sus padres o tutores.