Nadiya Chmyr se lanza a agarrarse fuertemente a Vlad, su sobrino. Y sin soltarlo se come a besos al pequeño Nikita. “Estos niños no saben que se han quedado sin casa. Están traumatizados y no quieren ni hablar del tema”, se lamenta esta ucraniana afincada en Burgos.
Su marido, Nacho Alonso, y nuestra compañera de Informativos Telecinco, Amaia Alonso, condujeron casi seis mil kilómetros durante cuatro días hasta un pueblo de Polonia, donde lograron reencontrarse con los seis miembros de su familia.
Seis personas, entre ellas, tres niños y una embarazada, que después de una semana lograban dejar atrás el infierno de la guerra. “Pillaron un enorme atasco para salir de Kiev, se movían por el bosque para evitar los bombardeos, a 15 grados bajo cero con los niños”, nos cuenta Nadiya.
Su alegría es inmensa al haber podido traerlos a su nuevo hogar y da las gracias a todos los que la han hecho posible. Aunque lamenta que falte parte de los suyos y pide, entre lágrimas, que alguien la ayude. La guerra en Ucrania está rompiendo familias como la de la mujer embarazada, cuyo marido se ha tenido que quedar a combatir. Nadiya se arrodilla sobre su vientre para sentir en él la esperanza de un futuro mejor.