El presidente de Estados Unidos, Joe Biden anunció el jueves la muerte del líder de Estado Islámico, Abú Ibrahim al Hashimi al Quraishi, durante una operación llevada a cabo por las fuerzas especiales estadounidenses en la provincia siria de Idlib. "La pasada noche y bajo mis órdenes, las fuerzas militares de Estados Unidos en el noroeste de Siria llevaron a cabo de forma exitosa una operación antiterrorista para proteger al pueblo estadounidense y a nuestros aliados y hacer del mundo un lugar más seguro", explicaba el presidente.
"Gracias a las capacidades y la valentía de nuestras Fuerzas Armadas, hemos sacado del campo de batalla a Abú Ibrahim al Hashimi al Quraishi, el líder de Estado Islámico", ha indicado Biden en un breve comunicado publicado por la Casa Blanca tras la operación. Pero la trastienda de la operación iba más allá. Fue una intervención "complicada", en la que se optó por desplegar fuerzas especiales en lugar de por un ataque aéreo para "minimizar" los daños colaterales. Sin embargo, y aunque se tomaron "todas las precauciones", varios civiles habrían perdido la vida. Y es que nadie esperaba matar al líder de ISIS sino capturarlo vivo tal y como explica el máximo general de Comando Central, el general Frank McKenzie.
Biden ha dado un dato relevante de la operación. Fue Al Quraishi quien decidió aun estando "rodeado" de civiles, niños incluidos, inmolarse antes de ser capturado y "enfrentarse a la justicia" por los crímenes cometidos", como también hizo en su día su predecesor, Abu Bakr al Baghdadi.
"No le importaron la vida de sus propios familiares ni de otras personas en el edificio", ha afirmado el mandatario norteamericano, que aún está a la espera de conocer todos los detalles de una operación que Washington ha catalogado de éxito. Biden ha advertido de que Estados Unidos seguirá "vigilante" frente al terrorismo. "La operación de anoche (...) envía un mensaje contundente a los terroristas de todo el mundo: iremos tras vosotros y os encontraremos", ha sentenciado en una breve alocución sin preguntas.
El secretario de Estado, Antony Blinken, ha celebrado que esta operación es "una victoria significativa en la lucha global para desorganizar y desmantelar a Estado Islámico". "La muerte de Al Quraishi asesta un golpe significativo a Estado Islámico. Ahora Estados Unidos y nuestros socios en la Coalición Global para Derrotar a Estado Islámico continuarán con el esfuerzo. Nuestro objetivo es la derrota duradera (...) y esa lucha continúa", ha zanjado.
Al Qurayshi se encontraba en el tercer piso del edificio cuando llegaron las fuerzas estadounidenses, que habían evaluado si la detonación de explosivos no causaría el colapso de toda la estructura y mataría a otros en los pisos inferiores, según ha dicho un funcionario estadounidense, tal y como recoge la cadena estadounidense NBC News. En ese sentido, ha explicado que el tercer piso ha quedado completamente destruido tras incidente, mientras que el segundo y el primero sufrieron daños significativos. La explosión habría matado también a la esposa de Al Quraysi y a sus dos hijos.
Un activista con sede en Idlib, Taher al Omar, ha señalado que en el marco de la operación estadounidense estallaron enfrentamientos entre los combatientes en el área y las fuerzas de operaciones especiales. Los residentes y activistas en la zona describieron haber visto un gran asalto terrestre, con fuerzas estadounidenses usando altavoces pidiendo a mujeres y niños que abandonaran el lugar, según recoge la cadena CBS News.
Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha señalado que trece personas, incluidos cuatro niños, han muerto en el marco de la operación en la provincia de Idlib y ha agregado que fue llevada a cabo entre la medianoche y las 3.30 horas (hora local). El organismo, con sede en Londres e informantes en el país árabe, ha destacado que Estados Unidos envió a sus fuerzas especiales al área de Atmé, cerca de la frontera con Turquía, y ha agregado que "la muerte de trece personas, entre ellas cuatro niños y tres mujeres, ha sido verificada y confirmada".
Así, la ONG Save The Children ha mostrado su pesar por estas muertes, las cuales ha calificado como "inaceptables". "Los niños nunca deben ser reducidos a daños colaterales", ha manifestado en sus redes sociales, donde además ha exigido "una investigación urgente" de lo ocurrido. Sin embargo, Blinken ha remarcado que la operación se ha desarrollado con "un cuidado extraordinario para proteger vidas inocentes y evitar bajas de no combatientes", pero ha lamentado que Estado Islámico haya revelado su "desprecio por la vida humana" cuando Al Quraishi "eligió detonar una bomba suicida".
La operación ha sido lanzada días después de que las fuerzas de seguridad kurdas recuperaran el control de la prisión de Ghueiran, en la provincia de Hasaka (noreste), tras cerca de una semana de enfrentamientos con Estado Islámico, que lanzó un asalto para intentar liberar a cientos de miembros del grupo detenidos en las instalaciones. De hecho, según ha informado en rueda de prensa el portavoz del Pentágono, John Kirby, Al Quraishi habría estado involucrado en esta fuga, así como en la "masacre y violación de yazidíes inocentes" en el año 2014.
Pese a la muerte de civiles --sin detallar el número--, ha trasladado que "los esfuerzos calculados de las fuerzas de Estados Unidos han logrado proteger a más de diez mujeres, niños y bebés" y ha agregado que no ha habido bajas entre las filas estadounidenses.
Al Quraishi asumió el cargo al frente de Estado Islámico tras la muerte del anterior jefe del grupo yihadista, Abú Bakr al Baghdadi, en una operación similar llevada a cabo en octubre de 2019 por las fuerzas especiales en la provincia de Idlib, cerca de la frontera con Turquía.