Combatientes del régimen talibán están comprando supuestamente niñas e incluso bebés para criarlas y convertirlas en esclavas sexuales. Las pequeñas, incluso de tan solo un año, están siendo vendidas a los extremistas a cambio de dinero en efectivo, ganado y armas.
Los yihadistas están explotando a la gente desesperada y afectada por la pobreza en Afganistán, a menudo atacando a las comunidades rurales. Las niñas son criadas con el objetivo de que se conviertan en "novias" para los combatientes, que a menudo no son más que esclavas sexuales.
"La pobreza, el desempleo y los graves problemas económicos en la provincia de Ghur, cerca de la capital afgana, Kabul, han llevado a varias familias a permitir que, a cambio de dinero, armas o ganado, sus niñas menores de edad se casan con hombres de mediana edad", dijo una fuente a una agencia local.
Habiba Jamshidi, activista por los derechos de las mujeres en el oeste del país, señaló que las mujeres constituyen la mitad de la población y no deben ser tratadas inhumanamente. Añadió que una de las razones detrás del problema del matrimonio infantil es la falta de "conciencia adecuada del papel y la posición de las mujeres".
El matrimonio infantil ha sido ampliamente documentado en Afganistán, a menudo justificado utilizando versiones retorcidas del Islam. Durante mucho tiempo se ha advertido que las mujeres y las niñas son las mayores víctimas potenciales de la toma del poder por parte de los insurgentes.
Las leyes brutales, opresivas y sexistas promulgadas por el grupo en los años 90 están volviendo a su lugar. Las mujeres se enfrentan a ser asesinadas por mostrar demasiado su cuerpo, por exigir derechos humanos básicos o por tener aventuras sentimentales. Y por supuesto, por fuerte que resulte, a ser víctimas de violaciones.
Las pequeñas son vendidas por entre 960 y 2.400 euros o intercambiadas por armas o animales de granja. Se dice que tan abominable práctica abunda en los distritos rurales cercanos a Kabul y ha alcanzado proporciones epidémicas desde la caída del Gobierno y el colapso financiero.
Otros informes afirman que muchas niñas en Afganistán se han visto obligadas a abandonar la escuela desde que los talibán tomaron el poder.
Además, Naciones Unidas considera que la mitad de los 18 millones de habitantes del país centroasiático están atrapados en una creciente crisis humanitaria.
Las autoridades de Turquía han reforzado la seguridad fronteriza y manifestaron que a 90.000 afganos se les ha impedido ingresar al país a través de sus fronteras orientales en lo que va del año. También ha habido un aumento de la violencia en las áreas tribales a lo largo de la frontera entre Pakistán y Afganistán, ya que los despiadados fundamentalistas del ISIS-K buscan establecer un punto de apoyo en el área.
El grupo terrorista se opone a los talibán, alegando que no está implementando el Islam como en el Corán, y ha lanzado unos 30 ataques desde que el nuevo régimen tomó el poder.