Las lluvias torrenciales en Bélgica han dejado ya al menos una veintena de fallecidos, según el último balance ofrecido por las autoridades este viernes, tras unas inundaciones que han causado enormes destrozos, sobre todo en la región sur de Valonia, cuyo Gobierno va a declarar el estado de desastre natural.
Según el diario belga Le Soir al final de la mañana son 23 los fallecimientos confirmados, 15 de ellos en Verviers, en la provincia de Lieja, mientras que la cadena pública de televisión RTBF habla de 22 muertos.
Las inundaciones han dejado carreteras cortadas, tráfico ferroviario interrumpido, a miles de personas sin electricidad e incluso viviendas sin agua potable, tanto en la provincia de Lieja como en muchas otras localidades del sur del país.
Unos 41.000 hogares se encuentran todavía sin electricidad debido a que se han inundado 589 cabinas de distribución, según la última información ofrecida por los gestores de las redes eléctricas belgas.
La mayor parte del territorio de Valonia, cuyo Gobierno se reunió este viernes para analizar los daños, sigue bajo alerta de inundación y el cauce de los ríos ha alcanzado niveles sin precedentes en las últimas horas.
No obstante, la dirección general operativa de las vías navegables valonas informó este viernes de que el cauce de los ríos tiende a estabilizarse o a ir a la baja.
En las provincias de Hainaut y Brabante Valón los niveles siguen subiendo en el Sena y sus afluentes y se espera que alcancen su máximo durante esta mañana.