Por primera vez, se han podido ver las imágenes que confirman que las tropas rusas cavaron trincheras en la zona de Chernóbil, que sigue contaminada por materiales radiactivos. Al menos 300 militares tuvieron que ser evacuados rápidamente de la zona, presentando síntomas de haber inhalado altos niveles de radiación. Removieron la tierra para realizar estas zanjas defensivas sin ningún equipo de protección.
La central nuclear de Chernóbil sufrió en 1986 un accidente en el reactor 4 que explotó y propagó una nube radioactiva por Bielorrusia, Ucrania y Rusia. Entonces, esta zona ucraniana pertenecía a la antigua Unión Soviética y el Kremlin trató por todos los medios de ocultar lo sucedido.
Más de ocho millones de personas resultaron expuestas a la radiación. Desde el año 2000, la central nuclear de Chernóbil está inoperativa y al reactor lo cubre un sarcófago de miles de toneladas hecho con fondos europeos.
Por otra parte, en la localidad de Bucha, los soldados y los equipos de emergencia ucranianos limpian las calles de artefactos explosivos. Revisan entre los escombros y recogen los proyectiles sin detonar que han dejado las tropas rusas tras masacrar la ciudad. Preparan cada rincón para que los vecinos puedan volver a sus casas con seguridad. Apuntan que la matanza de civiles en Bucha es obra de Omurbekov Azatbek Asanbekovich.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido de que el legado de un solo mes de guerra en Ucrania en forma de artefactos explosivos sin detonar, minas terrestres y bombas de racimo, "llevará décadas" de limpiar y amenazará la vida de muchos después de que las armas se silencien.
De esta manera, Guterres ha hecho un llamamiento a todos los estados para que se adhieran a la Convención para la Prohibición de las Minas "sin demora". "Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad en particular tienen una responsabilidad especial", ha agregado, según un comunicado de la institución.
"Se han destruido más de 55 millones de minas. Se ha declarado libre de minas a más de 30 países de todo el mundo y las víctimas han disminuido drásticamente. Las minas, los restos explosivos de guerra y los artefactos explosivos improvisados siguen matando o hiriendo a miles de personas cada año, muchos de los cuales son niños", ha dicho.