No muy lejos de Bucha, donde se ha llevado a cabo una auténtica masacre, se pueden ver más horrores de la invasión rusa. A tan sólo 25 kilómetros de allí, un dron vuela sobre las calles de Borodyanka, o lo que queda de ella. Se trataba de una localidad de unos 15.000 habitantes, muy cerca de la capital del país, Kiev, y ahora está completamente arrasada.
Tras la retirada de las tropas rusas, sólo queda desolación, edificios quemados y ruinas. El nivel de destrucción es abrumador. Los vecinos de este municipio, en plena barbarie, también denuncian asesinatos crueles de civiles a manos de los soldados de Vladimir Putin.
Hace escasamente un mes, esta ciudad dormitorio de Kiev, de clase media alta, apenas se mantenía en pie después del paso de un enorme convoy ruso hacia la capital.
Borodyanka fue recuperada hace dos días por Ucrania. Desde ese momento, comenzaron a circular testimonios muy similares a los de Bucha. Según han podido recabar distintos periodistas, los habitantes han confirmado que los militares rusos disparaban indiscriminadamente contra aquel que viesen en la calle, mediante el uso de francotiradores.
El aviso podía verse en algunas paredes con mensajes que, ni mucho menos, eran una broma: "No pasar, se dispara". Además, las autoridades ucranianas apuntan que hay sin recoger 200 cadáveres bajo los escombros de los edificios, fruto de los bombardeos constantes a los que ha sido sometida esta población.