Naciones Unidas ha confirmado ya cerca de 1.500 civiles muertos y más de 2.000 heridos desde que comenzó la invasión de las tropas de Vladimir Putin, el pasado 24 de febrero. Unas cifras que van a aumentar por el asedio de Rusia al este de Ucrania, donde el asalto final a la localidad de Mariúpol puede ser inminente.
Escoltados por vehículos blindados, los soldados rusos avanzan enfrentando los últimos focos de resistencia cerca del puerto de esa ciudad. Rusia está preparando una dura ofensiva a gran escala desde la región del Donbás, donde se han hecho fuertes, para conseguir el control en el este y en el sur del país.
Se prepara para el asalto final en la regiones orientales donde, al contrario que el resto del país, sí domina mayoritariamente el terreno. Regiones como la de Lugansk, en el Donbás, donde las tropas invasoras han tomado fuerza pese a encontrarse todavía con bolsas de resistencia.
O ciudades estratégicas y vitales para Putin como la sitiada Mariúpol, en la que los tanques rusos continúan luchando calle a calle por ganar terreno.
Los movimientos de los convoyes militares rusos se han multiplicado en los últimos días, muchos desde la vecina Bielorrusia. Tanto la OTAN como el Gobierno ucraniano llevan días denunciando el reagrupamiento de tropas rusas en el este de Ucrania.
Allí, donde habrían grabado la rendición de decenas de soldados ucranianos, el Ejército ruso, apoyado por comandos chechenos, orquesta la ofensiva final, esa que le permita a Putin exhibir por fin una victoria rotunda.
La toma de Mariúpol, con alrededor de medio millón de habitantes, se ha convertido en una obsesión para Putin. La importancia de esta urbe para el mandatario ruso se debe a su situación estratégica, ya que se trata de una localidad portuaria bañada por el mar de Azov.
Cuando Rusia tome Mariúpol, se hará con uno de los puertos más grandes del país y aislará un poco más a Ucrania, que no podrá recibir mercancías de ningún tipo a través de dicho enclave.
A su vez, permitirá a Moscú seguir avanzando en el fortalecimiento de la conexión entre las regiones prorrusas del Donbás (Donetsk y Lugansk) y la península de Crimea -desde 2014 bajo dominio ruso-, ya que ciudades como Melitópol y Berdiansk se encuentran bajo control de las tropas de Putin.
Además, Mariúpol es también un importante centro industrial para Ucrania, siendo conocida como la capital del acero.