El filántropo y cofundador de Microsoft, Bill Gates, cree que la vacuna contra el coronavirus posiblemente tarde 18 meses en ser desarrollada, incluso "un poco menos" si todo saliera a la perfección, y asegura que el dinero no debería ser un obstáculo para obtenerla. En ese sentido, el magnate de 64 años dice estar "encantado" de seguir "firmando cheques más rápido que los gobiernos". La fundación de Gates y su esposa donó esta semana más de 145 millones de euros a Organización Mundial de la Salud (OMS).
Gates advierte de que las vacunas generalmente tardan alrededor de cinco o seis años en completarse. Incluso si el proceso en esta ocasión se acelera y llega a completarse en los 18 meses que pronostica, habría "menos pruebas de seguridad de las que normalmente tendríamos".
"Estamos haciendo todo lo que podemos. Escribiremos cheques más rápido que los gobiernos. Definitivamente no debería haber un límite de dinero", explicó Gates en la BBC. Preguntado por cómo se podría encontrar una vacuna global, el filántropo indicó que "la investigación deberá financiar los diez proyectos más prometedores. Porque no sabremos de antemano cuál demostrará ser seguro y efectivo".
'Tiene que ser efectivo para las personas mayores cuyo sistema inmunitario es débil. Es un gran desafío. Si realmente amplificas la vacuna para hacerlo, entonces puedes enfrentarte a problemas de seguridad. Por lo tanto, tendremos que hacer en 18 meses algo que generalmente lleva cinco o seis años", desgranó.
Gates recordó que el proceso de vacunación podría haber sido más rápido, si se le hubiera escuchado cuando en 2015 advirtió sobre una pandemia global similar al coronavirus. "Se podrían haber hecho inversiones para que los diagnósticos estuvieran esencialmente disponibles de inmediato. 'Tendríamos medicamentos en menos de la mitad del tiempo y la vacuna en menos de la mitad del tiempo. La mayoría de esas inversiones no se realizaron", se lamentó.
Sin embargo, Gates no pierde la esperanza de cara al futuro: "No estábamos listos para esta pandemia, pero creo que estaremos listos para la próxima usando las nuevas herramientas de la ciencia que son muy asequibles".
Sus comentarios contrastan con los de un profesor de la Universidad de Oxford que aseguró este sábado que una vacuna contra el coronavirus podría estar lista para el otoño. John Bell contó que los ensayos podrían finalizar a mediados de agosto, pero advirtió que el verdadero desafío sería fabricar "miles de millones de dosis". También reveló que la prestigiosa institución inició ensayos en humanos con una vacuna candidata esta semana.
En cualquier caso, hay informes contradictorios sobre cuándo estará lista una vacuna, y el principal asesor científico de Downing Street, Sir Patrick Vallance, dijo que no estaba a la vuelta de la esquina. Sin embargo, dijo que la industria ha "dado un paso adelante" al desafío a medida que la crisis en el Reino Unido parece disminuir, a pesar de otras 847 nuevas muertes anunciadas en la jornada del viernes. El gobierno anunció el viernes un grupo de trabajo para apoyar a los científicos en sus intentos de encontrar un jab que salve vidas.
En 2015, Gates predijo que una pandemia global mataría a muchas personas y detendría la economía mundial en una charla TED. Entonces dijo que si las naciones más ricas se prepararan para una pandemia con la misma urgencia que se prepararon para la guerra nuclear, esta se podría evitar.
Si algo mata a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, lo más probable es que sea un virus altamente infeccioso en lugar de una guerra", dijo Gates en ese momento. "No misiles, sino microbios". Gates aseveró que los gobiernos pasaron por alto la perspectiva de una pandemia mundial, incluso después de los recientes brotes del virus del Ébola.
El ébola mató a más de 11.000 personas en África occidental entre 2013 y 2016, principalmente en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Para Gates, el mundo tuvo suerte de que aquel brote se limitara a África occidental. El ébola, a diferencia del coronavirus, hace que quienes lo porten estén demasiado enfermos y débiles para caminar e infectar a otros. Como si fuese un oráculo infalible, el magnate insistió entonces: 'Hemos invertido una gran cantidad en elementos disuasivos nucleares, pero hemos invertido muy poco en un sistema para detener las epidemias. No estamos preparados para la próxima epidemia '.