El efecto de la indignación por la muerte de George Floyd en EEUU ya está teniendo efectos secundarios. En Gran Bretaña un agente que intervino en un delito en plena calle pidió auxilio mientras la gente le hacía fotos, se hacía selfies riéndose y no le ayudaba. Hasta que un joven, bate en mano, puso orden hasta la llegada de los compañeros de los agentes.
De la indignación no se han librado Colón e incluso Churchill. Tampoco Tolkien o Lo que el viento se llevó que están siendo tildados de racistas. Son efectos que están lejos de la idea de atajar el racismo y que se convierte en una caza de brujas de una pensamiento políticamente correcto que quiere reescribir la historia. La policía también está cansada de ser estigmatizados, acusados de racistas o violentos de forma permanente. Genera en la sociedad una animadversión ante las fuerzas del orden. Los agentes creen que están siendo abandonados "porque ellos tienen también que defenderse cuando son agredidos". Y tampoco era lo que defendía Floyd, que pedía a los jóvenes que dejaran de portar armas.
Decenas de agentes han simbolizado así, arrojando sus esposas al suelo, el malestar en gran parte del Cuerpo de Policía en Francia. Es otra imagen simbólica como la de los agentes que se arrodillaron pidiendo perdón por el caso Floyd.
Lo que molesta en Francia es que el Gobierno haya "cedido ante la presión y haya prohibido usar técnicas de inmovilización por estrangulamiento en las detenciones. El lunes 8 de junio, Francia anunció que tendrá una política de “tolerancia cero” ante los casos de racismo y violencia contra los inmigrantes.
El ministro del Interior de Francia, Christophe Castaner, señaló que "ningún racista puede llevar dignamente el uniforme de policía" y aquellos que cualquier miembro de las fuerzas de seguridad que sea sospechoso de ese tipo de discriminación será suspendido. La disposición que dio el gobierno francés para combatir el racismo fue la prohibición del polémico método del “estrangulamiento” como técnica de detención policial. Algo que como se ve, no ha gustado nada a los agentes.