Inesperado hallazgo de unos adolescentes en Siberia. Un grupo de cinco amigos paseaba por una carretera helada a las afueras de la ciudad de Novosibirsk cuando encontraron una caja de huevos. En ella, hallaron a una bebé recién nacida de tres días soportando un frío extremo de 20 grados bajo cero.
Tras el hallazgo, los jóvenes de inmediato avisaron a sus padres, que trasladaron a la menor a un hospital.
En el centro médico, la doctora Olga Bugynina examinó a la pequeña. "La examiné, vi que no tenía daños y comencé a frotarle suavemente los brazos y las piernas con las manos. Le pedí a la enfermera que trajera una sábana y una manta limpias y las calentara en el radiador. La enfermera calentó el biberón de leche de la caja. Cuando la niña se calentó, se puso rosada, la envolvimos en todo abrigado y le dimos de comer", ha asegurado según un comunicado oficial del Ministerio de Salud ruso.
Los médicos aseguran que la niña se encuentra sana. "No hemos identificado ninguna patología. La salud de la niña es satisfactoria: come bien, duerme". Además aseguran que, por el estado del cordón umbilical y la forma en que se procesó, lo más probable es que haya sido "un parto en casa".
Ahora los investigadores tratan de localizar a la madre de la bebé, a la que acusan de un intento de homicidio.